Título Artículo: Dios
Autor: Lluís Flaquer
Web: Fot-li Pou.com
El Camp Nou es un templo. Klopp ya lo
comprobó. Y como tal, en su interior se venera a un dios. 14 años después de
iluminarnos por primera vez, Messi alzó el puño en dos ocasiones más. Van 600.
Y las que vendrán. Dejen de compararlo. Eviten imaginar comensales a su
alrededor. Leo, su bendito pie izquierdo, el aval a todos los sueños del culé,
el que señala el camino con paso firme, es irreal a ojos de este mundo. Jamás
alguien hubiera podido imaginar jerarquía similar. Pasan los años, se suceden
los goles, Messi crece, madura, gana ascendencia. En una sola tarde lanza la
última arenga antes del partido, recupera balones como si fuera su principal
tarea, marca dos goles, uno de ellos en parábola celestial, abronca a un par de
jugadores por cometer el error de no estar a su altura y riñe a la grada por
protestar ante la indolencia del más caro de los refuerzos. Es el capitán.
Desde su pedestal, Messi guía a los suyos. No hay dudas en la fe de sus
compañeros. No hay lugar para los agnósticos en el vestuario de Messi.
Tan firme es el diez, que todos le
siguen. Y su misión, su reto de reconquistar Europa, va ganando adeptos. Nunca
coparán portadas. Saben que un dios siempre centra todas las miradas, pero ante
el Liverpool son varios los que demostraron que en el camino hacia la linda y
deseada, Leo nunca caminará solo. Se necesitaban los goles del uruguayo, y
llegaron. Se precisa del mejor Jordi Alba, y compareció. Nada sería el equipo
sin las manos de su portero, de nuevo prodigiosas. Las grandes batallas
precisan soldados, y compareció Arturo Vidal. Si hay que sufrir, qué mejor que
encomendarse a la jerarquía de Piqué. Si el diez es el Mesías, son varios los
que opositan para apóstoles. Juntos van trazando el camino que les ha dejado, a
estas alturas, a las puertas del triplete de tripletes. Todos avalados por el
diez, divinidad eterna en un templo que sigue preguntándose si lo que ve es o
no real.
Le veneramos y le disfrutamos. No
viviremos nada igual. Han pasado entrenadores, compañeros, rivales. Se han
sucedido pizarras. Por encima de todo, siempre Leo. Hilo conductor del ciclo
más bello jamás contado. Son 600 goles como culé. 14 años en lo más alto. Y
sigue marcando diferencias. Escribo estas últimas líneas cuando se apagan las
luces del templo. Me pregunto entonces si lo que he visto es o no real. No es
que me plantee mi fe, pero es que de nuevo sus actos han superado todas las
expectativas. ¿Ha hecho Messi lo que ha hecho? Hay noches en que a uno le
cuesta asumir que semejante criatura pueda existir. Es lo que tiene ser un
dios.
1/05/2019 – Semifinal ida Champions
League
Barça 3 – Liverpool 0 (Luís Suárez,
Messi -2-)