Aquí estamos de vuelta con otro de esos destinos que siempre
quisimos descubrir, y que conforman esa puta pelota de colores que es La Tierra,
metido en la mochila existencial. Un país maravilloso, lo mires como lo mires,
todos los contrastes del verde que cualquier mente humana pudiera concebir. 2
puntos estratégicos como base, dos ciudades muy diferentes entre sí: Belfast y
Dublín; dos pulmones que respiran en una paz que espero sea duradera y que, les
garantizo, les ofrecerán una sorpresa en cada una de sus esquinas. Añadimos
también dos extensiones imprescindibles para visitar que sin duda recomiendo:
Giant’s Causeway (desde Belfast) y Cliffs of Moher (desde Dublín)… entre otras
muchas cosas que ofrece el país, si tienen la oportunidad, algún año quizás, no
la desaprovechen, les sorprenderá la inversión de su tiempo (no es tan cara
como dicen, ni mucho menos, siempre que viajen con el control necesario de sus
posibilidades económicas, para despistados en Belfast –Northern Ireland-, el
consumo funciona en pounds). Colguemos
un par o tres de flashes de la experiencia para ilustrar el post y que Guinnes,
la diosa negra del bar, les guíe en su camino. Salut!
Fotos: Violeta/Krust
BSO: Listen to the Lion – Van Morrison