martes, 17 de abril de 2018

Yuki Kawauchi


Acaba de ganar la Maratón de Boston, tiene 31 años y mañana mismo a primera hora de la mañana tiene que estar en el curro: es conserje en un colegio nipón. El tío es amateur y se la bufan tanto los grandes patrocinadores mundiales como los entrenadores personales: él corre porque le mola Y.
Las particulares condiciones atmosféricas en las que se desarrolló la prueba, diluvio universal y vientos huracanados incluidos, le hicieron imponerse en una carrera infernal en una de las maratones más prestigiosas del globo por delante de todos los favoritos que fueron cayendo uno a uno ante las inclemencias del tiempo y el potencial de un japo mentalizado para ganar la prueba. Everybody le conoce en la línea de salida de todas las ciudades del mundo (nadie participa en más pruebas que él, 10 al año, muy por encima de las 3 o 4 como mucho que corren los atletas profesionales). Investigando un poco, con lo que van a mí estas cosas tan freaks, descubro que ha llegado a correr pruebas vestido con traje y corbata o con un disfraz de conejo de peluche, cosas así, buah, flipante…
Recomiendo saber algo más acerca de quién es “Citizen Runner”, que así es como le conoce todo el mundo que se dedica a esto, en Wikipedia, (la historia del Master de los 42km y 195m. está en inglés) y ya de pasó leer un muy interesante libro de memorias de Haruki Murakami (“De que hablo cuando hablo de correr”) y que a mí me gustó mucho en su momento de ahí que incluya el consejo final como complemento… así con rima y tal.
¡Grande, Yuki! Te has ganado un hueco en este, mi humilde blog. Felicidades, nen.-