sábado, 23 de diciembre de 2017

El banquete celestial – Donald Ray Pollock


“La chica y él siguieron bebiendo, y alrededor de la medianoche ella vomitó hasta la última papilla en el lavamanos. La habitación sin ventanas se inundó de su hedor, y ella cayó de rodillas y se puso a farfullar entre sollozos que había dejado solo en casa a su bebé enfermo. A Sugar siempre le deprimían aquellos rollos, de forma que se levantó de la cama y se puso a darle patadas y puñetazos hasta que ella cayó sobre la alfombra marrón y mugrienta y se tiró un pedo solitario antes de perder el conocimiento. La impertinencia de la puta lo enfureció todavía más, así que le abrió las nalgas y se la folló por detrás, con su sudor salado cayendo como gotas de lluvia sobre la espalda ancha y magullada de ella. Cuando terminó, se limpió en el pelo rizado y crespo de ella y se vistió. De pronto el olor agrio de la habitación le resultaba insoportable. Bajó en silencio la escalera de atrás con el peine de la mujer y el dinero que le había pagado en el bolsillo. Se alejó dando tumbos por un callejón, se acostó hecho un ovillo sobre un montón de basura y se despertó a la mañana siguiente con el corazón latiéndole acelerado y la lengua seca como el cuero. Allí tumbado sobre la basura, levantó la vista,  vio una paloma posada en un cable y juró a Dios Todopoderoso que iba a enmendarse. Y como de todas formas estaba tan cerca, ¿por qué no ir a Kentucky y enseñarle a su familia su sombrero nuevo? No era un coche reluciente con chofer blanco, pero era mejor que nada. Se los imaginó congregándose a su alrededor, dándole palmadas en la espalda y haciéndole un millón de preguntas, y a su madre abrazándolo hasta dejarlo sin aliento. Así pues, se levantó como pudo y echó a andar. Tras caminar un par de manzanas se encontró con un viejo que estaba de rodillas arrancando hierbas de un huertecito y le pidió un poco de agua.”


Krustcomment: Excelente Western salvaje del agreste y lejano Oeste pero a lo gótico sureño, por así decir. Año 1917, importante este dato espacio-tiempo en el transcurso de la historia. Tarantino debería filmarlo, sin duda, y los seguidores del incomparable e inigualable Cormac McCarthy deberían leer a su heredero Pollock, que aquí nos regala su 3ª obra -2ª novela larga-, tras las igualmente excepcionales “El diablo a todas horas” y la soberbia recopilación de relatos cortos de “Knockemstiff” de las que ya hablé hace un tiempecito largo y tendido en este mismo blog. Autor de culto para un servidor. Si hablamos de novedades literarias, en mi opinión estamos ante la gran novela de este año 2017, veremos si sale en las listas finales de lecturas súper-recomendables que hacen los medios especializados y tal. Jau.-