sábado, 17 de diciembre de 2016

Domingo de Revolución – Wendy Guerra

     “Llegó julio, y con él, la transparencia del verano. La luz de Cuba reproduce con nitidez todas las imágenes de lo que en realidad soy, eso que he guardado para mí. Cuando quiero disimular un sentimiento, un gesto o un ademán agridulce que viene con los recuerdos, la luz natural hace explicito el paisaje interior y te desnuda en plena calle, a pleno sol. La irradiación te levanta el vestido y te posee. Aquí no se puede esconder nada, ni de ti, ni del otro; la transparente iluminación de esta isla retoza con los secretos y los vence.
     El verde olivo constante y el rojo canela, el amarillo profundo, los anaranjados humeantes sobre la gama de azules, el blanco escarlata y violáceo de las nubes sangra al atardecer, resistiendo gota a gota el último momento del fatigoso y ardiente día, definiendo la pátina sentimental de un país que grita lo que siente.”