sábado, 16 de julio de 2016

Milena bonita...

“Llegamos a Cadaqués tardísimo y cargamos a los niños adormilados hasta sus camas. Dejo a mis amigos con un gin tónic en la terraza y me voy a dormir. Antes de acostarme, veo que tengo una llamada perdida de Tom. No se la devuelvo, está buscando a alguien, pero no a mí. Me abrazo a la almohada. Pido, aunque ya sé que no me será concedida, una noche tranquila. Tengo un aullido en mi interior, normalmente, durante el día, me deja tranquila, pero por la noche, cuando me tumbo en la cama e intento dormir, él se despierta y empieza a merodear como un gato furioso, me araña el pecho, me crispa la mandíbula, me golpea las sienes. Para calmarlo, a veces abro la boca y finjo gritar en silencio, pero no logro engañarlo, sigue ahí, enloquecido, intentando romperme. El amanecer, los niños, el pudor y los quehaceres cotidianos lo enmudecen y amansan durante unas horas, pero luego, al caer la noche y quedarme sola, llega puntualmente a nuestra cita. Cierro los ojos con fuerza. Los abro. Aquí está de nuevo.”


 También esto pasará
Milena Busquets