miércoles, 29 de julio de 2015

Magic Child in the Hell with Diamonds

Explosivo coctel literario el que fue capaz de engendrar el Dr. Brautigan en esta novela breve, publicada por primera vez en 1974, convertido ya en ídolo de la contracultura norteamericana (previo abrazo fraternal a la flor y la nata del movimiento Beat) tras el considerable pelotazo que supuso la aparición de sus obras anteriores, especialmente ese “Trout fishing in América” que servidor tiene muchísimas ganas de pescar. Aquí nos deleita con una imposible mixtura de géneros literarios que van desde la novela gótica sureña hasta el western crepuscular todo ello aderezado con un estilo sumamente particular impregnado de prosa poética por los cuatro costados confederados de la novela (afiladas sentencias de una sola línea, descripciones inusitadamente ajustadas, capítulos cortos de una plana -dos a lo sumo- media incluso cual poema incrustado en medio de la narración al uso…) y, sobretodo, de ese sentido del humor extremadamente sutil con que viste con helada sonrisa el luto de su negrura.

Miren ustedes de que va la cosa e intenten clavar con alfileres las alas de la lisérgica mariposa que sobrevuela por sus experiencias literarias previas a esta narración: Greer y Cameron son dos tipos duros del salvaje oeste que se ganan las habichuelas liquidando gentuza por un puñado de dólares, el nexo de unión con que solidifican una amistad sin fisuras los hace doblemente infalibles en el desarrollo de su trabajo, dos cabalgan juntos a lo largo y ancho de los EE.UU y al acompañarlos vamos conociendo al plantel de secundarios con los que van topando por esos caminos de dios… hasta que a un prostíbulo de Portland, donde acuden regularmente entre faena y faena (sorprenden los pasajes sexuales descritos con una desarmante naturalidad), llega Chica Mágica, quinceañera india de armas tomar, para trasladarles el encargo de su ama, la Srta. Hawkline, dispuesta a entregarles una irrechazable bolsa si son capaces de quitarle la vida a una cosa misteriosa que perturba su existencia allá en esa impresionante mansión amarilla donde habita…

200 millas después, ya hacia mitad de narración, recuerden que estamos ante una obra que no alcanza las 200 páginas y que se lee de una montada, nuestro trío protagonista llega a su destino (pasando del abrasivo sol exterior a temperaturas bajo cero, primera señal de que vamos a pasar a la ciencia ficción más alucinante que puedan imaginar…); en el helado porche les espera la Srta. Hawkline (que va a completar el póker protagonista hasta el final… y presten atención a las dobles parejas y al farol que sostiene el mayordomo) con todo lo que se encierra en esa enorme mansión (¡de estilo Gotíco Carpintero, Sr. Gaddis!); aquí es donde un servidor les deja de contar el cuento, aunque en el fondo no les haya contado nada, para que ustedes se follen este párrafo de un gatillazo y… paaaasen, traspaaaasen el umbral y siéntanse cómodos, pero sobretodo lean esta magnífica novela que no deberían perderse por nada del inframundo.

Richard Brautigan, ajetreada vida donde las haya, pasó largas temporadas viviendo en comunas hippies siendo un tipo de culo inquieto hasta el final de sus días, tan sólo se le conocen largas estancias en algún lugar indeterminado de Montana (esta novela está dedicada a los amigos que hizo allí) y… ¡en Tokio-Japan! (no se me ocurre sitio mejor donde encaminar esa natural y prodigiosa imaginación en busca de crecimiento personal) hasta que cierto día de 1984 (sin fecha exacta, ya que lo encontraron un mes y pico después), cuando contaba 49 muescas vitales en el calendario de su existencia, decidió acabar de una vez por todas con sus monstruos interiores y se voló la tapa de los sesos con un mágnum 44 en Bolinas, California, dejando junto a su cadáver el último rastro de su inigualable sentido del humor en forma de nota para su gente: “¿Qué caos, no?”.-


 * Leída en su versión al catalán (Labreu Edicions,2014 – Traducción Miquel Izquierdo), fue publicada en castellano por Anagrama en una edición ya descatalogada, creo, y recientemente, 2014 también, por Blackie Books en una edición especial 40º aniversario, traducción a cargo de Damià Alou con ilustraciones de Anders Nilsen, que tengo muuuuuchas de ojear. Jau!

domingo, 26 de julio de 2015

A poem by Richard Brautigan





Tengo los cinco poemas
que he escrito esta mañana
en un cuaderno
en el mismo bolsillo donde
llevo mi pasaporte.
Son la misma cosa.


Tokio, 11 de junio de 1976 

miércoles, 22 de julio de 2015

Vulnicura

¿Encasillar a Björk?, a ver quién se atreve. La musa de la música islandesa que probó con estilos tan diferentes como el punk (Spit and Snot), el jazz fusion (Exodus) y el pop (The Sugarcubes) antes de irse a vivir a Londres y abrazar la electrónica, de cuyo proceso de aprendizaje global surgió en aquel lejano 1993 su grandioso “Debut”, inmenso discazo de presentación en sociedad les guste o no a sus detractores, lo demás ya ha sido ir experimentando su propia historia personal (¡ya tenemos 49, pequeña Bachelorette!) a través de las cosas que a ella le gustan, faltaría más, y que a algunos nos parecen realmente innovadoras, una propuesta musical claramente diferenciada de todo lo demás: el poder de la originalidad siempre suma puntos en esta casa… hasta llegar a este “Vulnicura” (cuya significado literal es: Cura para las heridas) que, supongo, será la base sobre la que se asiente el concierto que voy a tener la oportunidad de ver el próximo viernes. Algunas de las canciones que lo componen me parecen realmente buenas, regreso a las cuerdas incluido, aunque no he querido husmear demasiado por aquello de tener el factor sorpresa a favor ya que lógicamente tengo muchas ganas de escuchar esa prodigiosa voz interpretándolas en directo, ¿Caerá alguna repesca de antigua tonada en el anzuelo?, uno tiene sus favoritas y va dispuesto a dejarse sorprender. Que va a ser un concierto rarote, me da a mí que sí, que pasaré desapercibido entre el mestizaje de toda esa peña inclasificable que me/nos va a acompañar en la experiencia pues seguro que también. Veremos, pues, mientras tanto incluyo en este post una tirita de enlace en forma de novedoso tema capaz de frenar la hemorragia del tiempo de espera hasta que empiece la función.-

jueves, 16 de julio de 2015

Chap Chap – Kiko Amat

La nieta de la Aurora

Les voy a hablar una miajilla de este libro una vez coronadas las ciento y pico primeras páginas (afortunadamente todavía le quedan muchas más a esta delirante y descacharrante, refrescante y tonificante lectura, ante todo adjetivos superlativos así de entrada y… a la sortida ja veurem peró jo ja tinc la feina feta!*) de esta Lectura Complementaria (a ver quién es el feo que viste este tocho, tan manejable y acertadamente editado por la peña de Blackie Books, con una etiqueta mejor. Sí, vale, caben otras pero a mí ya me mola esta…). Y es que a pesar de que tenía pensado ir intercalando el chapoteo confesional – social y existencial a más no poder- de Mr.Kikoamat –sí, tío, yo también te nombro así todojunto- con otras lecturas estivales, al final he decidido leérmela de un tirón de esos que sirven para gozarla en grande pululando por paisajes mundanos y misceláneos varios sin ninguna prisa por arribar a la meta, vaya que así rollo Tour de France (¡Great Britain!, quicir) pero con el autor pedaleando, pataleando, chapoteando, infatigablemente en polifacéticos saraos y manipulando teclas después para contárnoslo con exquisito sentido del humor… mientras que el lector (buscando la postura adecuada para esta atenta ascensión literaria, haciendo la goma a rebufo que para eso se han invertido diecinueveconnoventa leuros a literato ganador, ya sea en el sofá, en la terracita o en el atestado vagón del metro de turno: “no, no es que no me chiflen los pantaloncitos cortos de las mozas es que ahora mismito ando concentrao en la lectura, entiéndame usted”) se regodea en el libre manejo del artefacto en cuestión: la Lectura Complementaria de marras, recuerden su título. Una maravilla, vaya, de la que no pienso contarles nada más porque a cada página que curveen les garantizo que van a encontrarse una nueva aventura de ayer o de ayer… pero rabiosamente disfrutable a día de hoy, ¿2015, ya? ¡joder!  Uno de esos libros que acabarán como la Rosario, la nieta de la Aurora, de tanto manoseo, o sea que ya va la zarpa otra vez buscando la nalga insurgente que abomba el pantaloncito a modo respingón –jeans con cierre trasero, ya sea en mini cremallera, tres botones nomás o gracioso cordel- sí, sí, las calores, que ya van tres olas nomenos y eso, que casi que dejémoslo así…

Digamos también, que se imponen, se recomiendan si lo prefieren, pausas didácticas más que justificadas para googleos musicales, cinéfilos, referenciales varias de las que van surgiendo durante la lectura, porque aunque personalmente soy consciente de que la monumental resaca está más que garantizada tras la última página, al final resultará una de esas grandes experiencias que más que malestar general acaban dejando un poso de sabiduría tal que van a servirle a servidor, aportarle al portador del libro en posesión (que ya me pide mi mujer, que ya me reclama mi hermano, ¡esperaos cabroncetes!), algo así como un chute vitamínico total en cuanto a refuerzo de identidad personal, tipo working class de extrarradio, of course!, que es lo que uno necesitaba en este momento vital. Digamos que Sant Boi es para el Kikoamat lo que Cornellà significa para el Krust (sí, tío, ahora que ambos logramos escapar a la City pero seguimos teniéndolo a tiro de piedra y casi estamos más pallá que pacá, pa qué te voy a contar…); son muchas las cosas que nos unen e identifican y, en el fondo, solo nos separa una estación de Carrilet**… y alguna que otra opinión en cuanto a gustos artístico-persopasionales; en fin, que nada serio que no pudiera solucionarse, quintillos estrellados a su temperatura adecuada y sin vaso por favor, en la barra de algún bar neutral, y en caso de problema o discrepancia que le quede claro al Kikoamat que le invitaría amablemente a salir a la calle… en busca del siguiente capítulo, la siguiente conversación. Pero olvídense de localismos porque estamos hablando de una obra de magnitud internasioná, ya me contarán si deciden leerla.

De una puta vez: ¡Qué le den su columna diaria en un diario medio serio! Muchos seremos los que lo agradeceremos. De momento, seguro-seguro que también después cuando se acabe el mamoneo y ya me hayan quitao lo bailao: Plas-Plas-Plas, modo ovación de las gordas, para Chap Chap… ¡Chapeau!

 * ”De salida ya veremos pero yo ya tengo el trabajo hecho”
** Nombre popular asignado a los trenes de la FGC (Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya) que cubren el extrarradio sur de Barcelona: L’Hospitalet, Cornellà, Sant Boi…

lunes, 13 de julio de 2015

Justicia Divina (Zas, quizás)

“Justicia. Se oye hablar mucho de justicia, la justicia de Dios. Él vela por los justos. Castiga a los malvados. ¿Justicia? ¿Dónde está la justicia? O lo que es lo mismo, ¿dónde está Dios? ¿Está realmente muerto, o sólo de vacaciones, o simplemente distraído? Miren Su Justicia. Envía una inundación a Paquistán. Zas, un millón de muertos, tanto el adúltero como la virgen. ¿Justicia? Quizá. Es posible que las presuntamente inocentes víctimas no fueran, después de todo, tan inocentes. Zas, la devota monja de la leprosería contrae lepra y sus labios se caen de la noche a la mañana. Justicia. Zas, la catedral que los feligreses han estado construyendo durante los últimos doscientos años queda reducida a escombros por un terremoto la víspera de Pascua. Zas. Zas. Dios se ríe en nuestras caras. ¿Esto es justicia? ¿Dónde? ¿Cómo? Por ejemplo, piensen en mi caso. No estoy tratando de obtener su compasión, me limito a ser simplemente objetivo. Escuchen, no pedí ser un superhombre. En el momento de mi concepción se me entregó ese don. Un incomprensible capricho de Dios. Un capricho que me definió, me moldeó, me deformó, me dislocó, y no me lo gané, no lo pedí, no lo deseé para nada, a no ser que quieran pensar en mi herencia genética en términos de mal karma de otro, y al diablo con eso. Fue algo casual. Dios dijo: Que este chico sea un superhombre, y ¡hete aquí! el joven Selig era un superhombre, en un sentido limitado de la palabra. Pero, de todos modos, sólo por un tiempo. Dios me preparó para todo lo que me ocurrió: el aislamiento, el sufrimiento, la soledad, incluso la compasión de mí mismo. ¿Justicia? ¿Dónde? El Señor da, quien diablos sabe por qué, y el Señor quita. ¿Qué es lo que ha hecho ahora? El poder ha desaparecido. Soy una persona normal y corriente como todos los demás. No me interpreten mal: acepto mi destino, estoy absolutamente resignado. No les estoy pidiendo que sientan lástima por mí. Sólo intento explicarme todo esto.”

Muero por dentro
Robert Silverberg

domingo, 12 de julio de 2015

sábado, 11 de julio de 2015

Balada braseada


Las palabras fueron avispas y las calles como dunas cuando aún te espero llegar. En un ataúd guardo tu tacto y una corona con tu pelo enmarañado queriendo encontrar un arco iris infinito. Mis manos que aún son de hueso  y tu vientre sabe a pan… la catedral es tu cuerpo. Eras verano y mil tormentas, y yo el león que sonríe a las paredes que he vuelto a pintar del mismo color.
No sé distinguir entre besos y raíces, no sé distinguir lo complicado de lo simple, y ahora estás en mi lista de promesas a olvidar, todo arde si le aplicas la chispa adecuada.
El fuego que era a veces propio, la ceniza siempre ajena. Blanca esperma resbalando por la espina dorsal. Ya somos más viejos y sinceros y qué más da, si miramos la laguna como llaman a la eternidad de la ausencia.


jueves, 9 de julio de 2015

Rizado mar


“Buenos días señor/a:

El médico/familia/personal ha tomado en consideración su candidatura para el Programa de Enfermos Terminales y, por consiguiente, se le negarán los siguientes cuidados e intervenciones programadas a partir de las 3:00 del día de hoy, negativa que se hará extensiva a cualquier futuro que le quede. Televisión, oxigeno, antibióticos, galletas, pilas, agua de refrigeración, verdes praderas y cualquier muestra de compasión que la divina providencia haya tenido a bien concederle hasta la fecha, merecida o inmerecidamente. Cualquier oscuridad apacible que haga las veces de cubil, madriguera, santuario o refugio. Libertad frente al temor. Cualquier acto de gracia, salvo aquellos que sobrepujen todo entendimiento. Curas podológicas. Curas dentales. Dónuts rellenos de confitura. Gafas. Excursiones. Cualquier excursión para mitigar la atrofia muscular. Esa estúpida bolita dura que le animábamos, animábamos, animábamos a estrujar aunque usted nunca lo hacía, le será desposeída. Todo capricho, esperanza, deseo. Cubitos de hielo en una taza para morderlos. Llaveros. Para las señoras, sombreros. Cualquier consuelo que le brinden los sueños es todo cuanto le queda. No recomendamos intentar soñar con la posibilidad de empezar de nuevo. No sueñe con su primer beso o con la persona que habrá sido el amor de su vida. Absténgase de entrar en detalles sobre la belleza del relámpago, las praderas, los ojos, el tacto de ciertas manos. Absténgase de esas viejas construcciones –la casa para los pájaros hecha con madera de cedro, la estantería para los libros ensamblada con pernos, el columpio para el niño que en su momento le pareció tan sencillo de montar-. Sugerimos, en cambio, soñar con bolas pequeñas dentro de bolas más grandes, con liquido de aire azul, con nubecillas resplandecientes, con rizomas. Sueñe con rizomas, si puede.”

Los vivos y los muertos
Joy Williams

sábado, 4 de julio de 2015

8.- “Hunter” – Björk


If travel is searching and home what's been found. I'm not sttoping.
I'm going hunting. I'm the hunter. I'll bring back the goods but I don't know when. I thought I could organise Freedom , how Scandinavian of me you sussed it out, didn't you? You could smell it so you left me on my own to complete the misión now I'm leaving it all behind. I'm going hunting : I'm the hunter.

Video: AQUÍ

Cambridge (England) - 2 de diciembre de 1998