Poetas de España y de Latinoamérica, lo
más infame
De la literatura, surgieron como ratas del
fondo de mi sueño
Y enfilaron sus chillidos en un coro de
voces blancas:
No te preocupes, Roberto, dijeron,
nosotros nos encargaremos
De hacerte desaparecer, ni tus huesos
inmaculados
Ni tus escritos que escupimos y plagiamos
hábilmente
Emergerán del naufragio. Ni tus ojos, ni
tus huevos,
Se salvarán de este ensayo general del
hundimiento. Y vi
Directores de revistas, lectores de
editorial, y pobres
Correctores, los poetas de lengua
española, cuyo nombre es
Horda, los mejores, las ratas apestosas,
duchas
En el duro arte de sobrevivir a cambio de
excrementos,
De ejercicios públicos de terror, los
Neruda
Y los Octavio Paz de bolsillo, los cerdos
fríos, ábside
O rasguño en el Gran Edificio del Poder.
Horda que detenta el sueño del adolescente
y la escritura.
¡Dios mío! Bajo este sol gordo y seboso
que nos mata
Y nos empequeñece.
Mimini Comentario: Antes que escritor, un gran escritor, Roberto Bolaño
fue poeta, un gran poeta. Corría el año 1993 cuando el autor se dedicó a
ordenar y clasificar toda su obra poética escrita desde su llegada a Barcelona
en 1977 y durante buena parte de los salvajes años 80.
Ese mismo 1993 en que acababan de
diagnosticarle la enfermedad que terminaría por llevárselo antes de tiempo y en
el que su hijo Lautaro, al que va dedicada la antología, apenas contaba dos
años. Ya por entonces tenía esta obra lista para ser publicada, sin embargo la
retuvo consigo hasta su muerte y sólo después vio la luz de manera póstuma. La
universidad desconocida: la universidad de la vida.-