El mercado
del arte ha batido un nuevo récord mundial: 265 millones de euros por ‘Nafea faa
ipoipo’ de Paul Gauguin ha pagado una peña que hace llamarse la Autoridad de
Museos de Qatar… ¡quieto parao!
El pintor
francés debe estar revolviéndose en su maus-óleo, él que pasó sus últimos años en
Tahití con una sífilis de caballo antes de, olvidado de la mano del dios don
dinero y sobreviviendo a duras penas con una ridícula pensión que le enviaba su
marchante, acabar contrayendo la lepra en Martinica y diciéndole au revoir a su
paleta de colores vital…
El arte no
debería tener precio establecido y ser patrimonio de la humanidad para su uso y
disfrute de manera postrera. Y si hay alguien que debiera qatar las mieles del
triunfo económico y social, ese, señores míos, debería ser el autor de una obra
cualquiera, para eso fue-es-será su ¡puto creador!
Bah! Mundo
de locos!
*‘Nafea faa
ipoipo’ (‘¿Cuándo te casas?’, en su título castellano). Te casas, te vendes, al
jeque de turno, claro…