jueves, 26 de febrero de 2015

Miradas a pie de calle

La retrospectiva corresponde a una serie de fotografías históricas tomadas durante los años 1958-1964 por Joan Colom en el Barrio Chino de Barcelona, el Raval en la actualidad. La turbia sordidez del oficio más antiguo del mundo inmortalizado por alguien que simplemente pasaba por allí…










domingo, 22 de febrero de 2015

Metalistería Gaddis


“Ven, cómeme el coco y muéstrame la verdad” – La Polla Records

Metaliteratura para listos, metalistería Gaddis reforma su librería. Literatura metal podría ser el género acuñado por este misterioso autor para construir aquí una novela de extrema dureza para todo aquel lector que ose perderse entre sus líneas, más que por su confusa trama argumental –que también- por el enrevesado y acerado estilo narrativo que utiliza. Sucede que la troupe de personajes protagonistas, pocos y mal avenidos, carecen del hierro forjado necesario para sostener una estructura tan ambiciosa y de tan imponente altura como la que, sin duda, su autor pretendía construir elevándola hasta los clásicos del gótico sureño; consciente de ello las dota, a ellas sus criaturas, de todos aquellos materiales de derribo (odio, sexo, religión, ambición, política, vicios varios rollo beat…) capaces de sostener su obra de modo primario, estrafalario también, con la estimulante liturgia ancestral añadida que se le supone al ser humano: la decadente madera de la confusión que siempre acaba ardiendo en la pira de los días. Todo es de madera aquí, material inflamable en esa casa de estilo gótico medieval (magnífica elección la del diseño de portada) que es la auténtica protagonista de esta historia y ella servirá de único escenario para el desarrollo global de una novela diseñada con eminente… ¡estilo teatral!

Esta metafísica mansión luce en todo su esplendor cuando se mira desde fuera, a pesar de su ruinoso estado interior, ya que desde dentro de la novela asistimos atónitos a una infinidad de interminables diálogos que a las pocas páginas uno ya se da cuenta que no son tales, sino más bien delirantes monólogos donde cada protagonista espera impacientemente su turno de réplica, sin escuchar realmente lo que dice su interlocutor, para perorar a su libre albedrío con la esperanza de… ¡ser escuchado! Además, me veo en la obligación de advertir, que Gaddis se salta absolutamente a la torera todas las normas escritas sobre los signos de puntuación, prescindiendo de las comas cuando corresponde, abusando en exceso de los puntos suspensivos… por cierto, ¡soberbia la traducción al castellano del tal Mariano Peyrou para Sexto Piso! No quisiera omitir este detalle cómo, asimismo, estoy convencido de que él mismo no olvidará jamás el envenenado encargo de marquetería literaria que le adjudicaron.

Un póker de personajes se reparte prácticamente todo el protagonismo escénico: Liz (pelirroja e interesadamente hipocondríaca), Paul (su marido pelagatos y parlanchín, veterano del Vietnam), Billy (el hermanísimo de Liz, cuñadísimo de Paul), y McCandless (propietario de esa casa que los otros habitan como inquilinos, reservándose, eso sí, una habitación especial que puede usar cuando le venga en gana…),  los demás son secundarios -¿no se ha desaprovechado al reverendo Ude?, pregunto- y escenifican su presencia en forma de infinitas llamadas telefónicas que suenan alarmantemente estridentes rompiendo la tranquilidad del hogar lector, tantos timbrazos como cigarrillos de liar y tragos de whisky se consumen en esta novela. Corresponde al lector ir atando esos cabos telefónicos (a veces no sabes quién está al otro lado del aparato hasta que te ha lavado el cerebro con su disertación…  a cobro revertido, claro) para intentar darle sentido a todo lo que Gaddis nos cuenta, que es un mucho de todo –esta es su gran virtud en mi opinión- aprisionado en menos de trescientas páginas que pesan como seiscientos listones de plomo, que listos ellos que lo entienden en su máxima expresión y que tontos quienes renunciamos a darnos el gustazo de poner a prueba la espalda para cargarlos: escaqueados del sistema laboral, con media jornada nos cuadra la estafa, poner el cazo y retirar la mano hasta el próximo mes, ya ves. Objetivo de reconocimiento autoral cumplido, no debería volver a pagar por el ágape que supone su jodienda mental pero como jamás no existe, valoraremos sus virtudes, que las tiene, ya que los defectos sólo son visibles en aquellas oscuras estancias cerradas a la imaginación donde almacenamos, como colecciones abandonadas, todas aquellas experiencias que vamos acumulando en la vida.

(Y Liz estaba meando en los grandes almacenes Saks cuando alguien asomó desde arriba y le robó el bolso con las llaves del reino de esta novela en su interior. La puerta de entrada permanece siempre abierta a un reducido grupo de lectores desde entonces…)


Carpintería Metalistería Gaddis, madera de escritor de culto a su servicio.-

miércoles, 18 de febrero de 2015

Frances Farmer, la hija de la furia


“La espectacular destrucción de la bella, sensitiva y emocional actriz Frances Farmer aportó a Cinelandia otro drama sacado de la vida real que, en 1943, compitió en las primeras planas de todo el país con la tumultuosa querella Chaplin-Barry y una pequeñez llamada II Guerra Mundial.
En el año 1935 y tras vencer la Farmer en un concurso de popularidad patrocinado por una revista, la Paramount tendió sus garras a la “nueva Garbo” poniéndole por delante un contrato de siete años de duración. Frances, que se consideraba una actriz seria y soñaba con interpretar a Chejov y a los clásicos (más adelante trabajó brevemente con el Theatre Group de Nueva York actuando en Golden Boy y La Quinta Columna a las órdenes de Elia Kazan y Clifford Odets) encontró que su Estudio la emparejaba con Bing Crosby en Rythm on the range, y codo a codo con Martha Raye y Bob Burns y su bazooka. Fue prestada a Samuel Goldwin (Paramount hizo un buen negocio con este alquiler, aunque ni un solo penique fue a parar al bolsillo de Frances) para una película de época, Rivales. A ésta siguieron Ídolo de Nueva York con Cary Grant, Ebb Tide con Ray Milland, El hijo de la furia con Tyrone Power y su film más curioso, Among the living con Albert Dekker. Posteriormente la futura actriz “intelectual” fue malgastada en una cosa titulada Al sur de Pago Pago al lado de Jon Hall.
Frances no volvería a ganar concursos de popularidad en el Sur de California. Decidida individualista que se negaba a pasar por el aro del Hollywood tradicional, repitió en más de una ocasión que aborrecía todo lo que la ciudad significaba, a excepción del dinero. Se creó enemigos como Zukor y otros jeques y, cuando en 1943 le llegó la mala racha, la mayoría opinó que la chica se había querido pasar de lista, recibiendo a cambio un merecido aunque inesperado castigo.
Su derrumbe empezó con un accidente banal: arresto por una violación de tráfico sin importancia la noche del 19 de octubre de 1942, en Santa Mónica. Fue multada por conducir sin licencia y ebria, llevando los faros apagados, en cierta zona de la carretera de la costa del Pacífico. Frances odiaba a los policías; a partir de ese momento se convirtieron en sus demonios personales. A los patrulleros que la insultaron y trataron con arrogancia, se les enfrentó con paralela hostilidad, y tras el combate verbal terminó arrastrada a la cárcel de Santa Mónica. Esa noche fue sentenciada a ciento ochenta días y puesta a prueba en libertad condicional.
No mucho después, la arrestaron en el hotel Knickerbocker de Hollywood por incomparecencia ante el oficial de guardia, al que debía haberse reportado; todo esto ocurrió en medio de un comportamiento histérico, durante el cual dislocó la mandíbula de su peluquera en el Estudio, perdió su jersey en medio de una etílica batalla en un club nocturno y, como guinda, salió corriendo en topless en medio del tráfico de Sunset Strip. Los policías reavivaron su paranoia golpeando violentamente su puerta y abriéndola con una llave maestra para entrar armados y con esposas. Ella se escondió en el cuarto de baño. Los agentes forzaron la cerradura y, tras un salvaje forcejeo, la arrastraron desnuda hasta el vestíbulo del Knickkerbocker.

Una imagen histórica: Frances detenida en el Knickkerbocker

En la comisaría de Hollywood pegaron un respingo cuando “la nueva Garbo” rellenó el espacio dedicado a “Ocupación” con la palabra “mamona”.
En el juzgado, mientras aguardaba la sentencia, miró al enjambre de fotógrafos que le rodeaban y les escupió: “¡Ratas, ratas, ratas!”. Cuando el juez le preguntó cómo había perdido su jersey en la batalla campal del club nocturno ella negó todo conocimiento del hecho. Y cuando su excelencia la interrogó acerca de su dependencia de la bebida, Frances replicó en voz alta: “Oiga usted, acostumbro a poner alcohol en mi leche. Y en mi café. Y en mi zumo de naranja. ¿Qué quiere que haga? ¿Qué me muera de hambre? Bebo todo lo que puedo conseguir, incluida la benzedrina”.
Levantándose de su sillón, el juez confirmó su sentencia de ciento ochenta días. “Maravilloso”, gritó Frances. ¿Acaso a usted nunca le han partido el corazón? (Se refería a su desgraciado idilio con Clifford Odets y a su reciente divorcio de Leif Ericson). A continuación, y haciendo gala de una espléndida puntería, lanzó un tintero a la cabeza de Su Excelencia. La petición de efectuar una llamada telefónica al abandonar la Audiencia le fue denegada sin razón alguna; esto provocó que Frances embistiese a la matrona y tumbara a un policía. Fue conducida a su celda en camisa de fuerza.

Un día cualquiera de Frances entre rejas. Al salir, nunca volvió a ser la misma...

Lilian V. Farmer, su madre (que nunca había querido tener hijos y parecía una bruja salida de un cuento de hadas), conociendo las simpatías de Farmer por la causa comunista y su ateísmo militante, apareció en escena y arrastró su culo hacia Hollywood donde, declarando a su hija mentalmente incapacitada, firmó los documentos para su internamiento. Frances se negó a participar en los trabajos manuales de la prisión. La empujaron hasta un clínica privada, donde hubo de enfrentarse durante tres meses al pavoroso tratamiento diario de la insulina (un método totalmente descartado hoy día). Tras los horrores del sanatorio, quedaban aún por delante diez años de infierno total. En 1944 fue declarada loca y confinada en Steilacoom, Washington. (“Nenes, al fin y al cabo estoy de nuevo en casa”). Su encierro fue la prueba más horrenda que cualquier personalidad de la pantalla haya debido soportar –la más intolerablemente trágica entre todas las tragedias de Hollywood-. Frances no había sido feliz en el Purgatorio del Cine, donde su talento se encontró desperdiciado por absurdos y superficiales personajes en estúpidas películas. Sus Hados, sin piedad, la condujeron a un infierno poblado de camisas de fuerza, correas de cuero y sádicas guardianas tan diabólicas como marimachos.
El incidente con Frances Farmer no debería haber sucedido nunca. Esta actriz, excepcionalmente dotada por otra parte, no suponía amenaza alguna para la Ley, el Orden o la Seguridad Pública. Algo que comenzó con una simple reprimenda a una infracción de tráfico creció hasta convertirse en un caso de violencia personal, seria acusación y sentencia carcelaria. Una mano bienhechora, un simple abogado conocedor de su oficio, pudo haberla rescatado inmediatamente de algo tan simple como un violación de tráfico. Pero la sobrecogedora realidad es que la dejaron sola y, naturalmente, perdió.”

Fragmento: “Hollywood Babilonia” - Kenneth Anger



Nombre Real: Frances Elena Farmer
Fecha Nacimiento: 19 de septiembre de 1913
Lugar Nacimiento: Seattle, Estados Unidos
Fecha Fallecimiento: 1 de agosto de 1970
Lugar Fallecimiento: Indianápolis, Estados Unidos
Edad: 56
Causa de la Muerte: Cáncer de esófago
Currículum Vitae: Actriz

lunes, 16 de febrero de 2015

El trueba chico


Un tipo que no quiso pasar por el altar y no cree en el matrimonio -porque "el amor no sabe de papeles"- pero es capaz de terminar su primer libro encerrado en el monasterio de Silos, una semana en silencio preceptivo, no puede ser más que conciliador. Reflexivo, ocurrente, niño con canas, talentoso, David Trueba, director de cine, guionista, periodista, es buena gente. De esos a los que no les interesa meter el dedo en llaga ajena. De los que prefieren la playa en invierno. Se ha atrevido ahora con su última novela, Blitz (Anagrama), con una trama que traerá cola: joven arquitecto treintañero inicia relación sentimental con una mujer que casi le dobla la edad, la traductora Helga.

¡En menudo jardín se ha metido! Lo más suave que dice su protagonista es: "Me he follado una señora mayor alemana".
Es que no quería una historia edulcorada. Preferí ese ejercicio de sinceridad aunque sea más cruel. Lo que siente se ve interferido por lo que la sociedad dicta.

Pasa de sentir "un delirio de carnalidad" a verse grotesco.
Se defiende con el "estaba medio borracho". Esa es la gracia. El qué dirán ha calado tanto que el chico se busca excusas para algo que ha hecho voluntariamente.

Si fuera a la inversa -señor mayor y chica joven- ella en lugar de llamarle viejo citaría maravillas de un hombre maduro, la experiencia y esas cosas...
Claro, porque una chica joven que va con un hombre mayor no se siente tan observada socialmente. A mí me gusta que uno quiera a mi personaje pese a que a veces se comporte como un miserable.

Es inevitable que se lo pregunte: ¿hubo Helga en su vida?
Bueno..., sí, la hubo. No como sale en el libro pero sé perfectamente lo que siente él.

¿Cómo se le ocurre escribir que volvería a encamarse al probar su tarta de manzana?
¡Somos unos críos! El reto, al escribir, es generar una incomodidad pero en la que el lector se sienta cómplice. Abrir costuras.

Dice de su exnovia "era mi lugar de acogida".
Sin ella el tipo se siente huérfano. Pero creo que las mujeres, con la edad, son más interesantes. A los hombres de mi generación a veces les asusta el compromiso con jóvenes. Te dicen ellas "se fue". ¿Pero qué le has dicho, tía?. "Nada, que teníamos que tener hijos en un par de años, que concretáramos la relación..." Claro, ¡ellos buscan la ventana más cercana!

Familia con varios genios, celos seguro.
Supongo que sí. Pero no de que a tu hermano le den un Oscar, no, más bien de sus habilidades.

Le vimos en la gala de los Goya. ¿Le gustan los saraos?
Yo, durante las galas, siempre estoy pensando en gamberradas. Me aburre mucho lo de pensar en vestirte, etcétera.

Si aquella noche se hubiera cruzado con el ministro Wert ¿qué le hubiera dicho?
Ya se lo he dicho alguna vez. Que al Consejo de Ministros un ministro debería ir como el jefe de una sección a la junta de portada: a defender a los suyos. No a atacar. A mí me da la sensación que nadie, en el Consejo de Ministros, está defendiendo la cultura.

¿Y él contesta?
Sí, es un hombre bastante... no quiero usar la palabra cínico porque es una palabra fuerte y un poco teñida pero, vamos, sí, te dice que es culpa de Montoro o que a Rajoy no le interesa nada la cultura... Torea, es inteligente.

¿Podemos sólo capitaliza un desencanto?
Sí, y de pronto algunos de los que se llenaban la boca diciendo que había que involucrarse en política, para cambiarla, ahora quieren echarlos del territorio político. ¡Ten cuidado con lo que deseas, no sea que se cumpla!

En su libro empieza el lío por un SMS equivocado que ella le dirige a un antiguo novio. ¿Es usted insumiso digital?
Bastante. Aproveché que Mark Zuckerberg compró WhatsApp para darme de baja pero en realidad quería liberarme. Nunca he tenido Facebook y ya me agoté de Twitter y todo eso.

Los libros informáticos los encuentra estéticamente feos.
Miro a la gente, con el dedito en ristre, y siempre me parece que entre la literatura y el soporte digital hay algo, inexplicable, que se pierde en el camino.

"Renunciar al papel me parecería como renunciar a tocar la piel de una mujer".
Lo dije yo, ¿verdad? Es que yo tengo memoria fotográfica. Sí, al libro hay que olerlo desnudo, en papel. Es que leer no es sólo un placer intelectual, es físico.

¿Cuál ha sido el último blitz (relámpago) en su vida?
Mi hija Violeta cumplió el otro día 18 años. Uff. Fue como el túnel del tiempo. Nos juntamos todos a comer, con su hermano pequeño, Leo, y empezamos a sacar fotos con su madre, ella en mis brazos, Ariadna... empezamos a explicarle cuando nos quedamos embarazados y, de pronto, ¡blitz!

Le veo un padre muy madre
Cierto. Porque desde que nacieron me propuse no perderme nada de ellos, no ejercer de hombre rancio. No me interesaba.

¿Por qué no funcionó su unión con la actriz Ariadna Gil?
Funcionó de maravilla

Hasta que se rompió.
Nunca llegamos a casarnos, no creemos en eso. La pasión no puede formalizarse. Y, en todo lo que afecta a nuestros hijos, sigue funcionando. Un día decidimos estar juntos mientras hubiera plenitud, y cuando esta dejara de existir seguir juntos en algunas cosas. Seguramente muchos hacen un pacto, nosotros no lo hicimos.

¿Está ahora enamorado?
No y me fastidia mucho. Lo siento porque es el estado ideal del ser humano, el mejor, maravilloso. El tesoro de la vida es la legión de personas que son importantes para ti. Bueno, movimiento tengo... pero no ese amor pasión que te deja sin aire, el que te arranca y te descoloca.

Pero luego viene Helga y dice que el dolor es una inversión.
Eso está sacado de mi editora norteamericana: el dolor por amor es como dinero en el banco. Lo primero que piensas cuando te dicen algo inteligente es "métete el consejo por el culo". Luego descubres que llevaban razón.

Conoce perfectamente qué ocurre en Catalunya y cómo somos. ¿Le resulta incómodo?
A veces. Es que yo, el concepto fronterizo, el concepto de patria, lo pisoteé muy temprano. En casa no mirábamos la etiqueta de las cosas, sólo el placer que te producían. Nunca he tenido sensación de pertenencia exclusiva; me sentí muy bien en Catalunya cuando llegué, tengo amigos y la familia catalana de Ariadna es estupenda, es mi familia.

Se enfadaron en Madrid porque en los pasados Goya pidió que España hiciera un gesto.
Les respondí "pues será la primera vez en la historia que a uno lo critican por decirle a otros que les admira". He tenido muchos amigos que eran independentistas mucho antes, décadas, de que esto ardiera. Yo sólo dije, "oye, ¿por qué no les hacemos saber que les queremos?" Pero les advierto: a veces tu peor enemigo es tu aliado. Me sorprendió que se hicieran tantos independentistas en tan poco tiempo.

Y que siga sirviéndonos L'estaca después de tantos años
Sí, o Al vent. No suena Nirvana, no. En eso tal vez tenía razón Sabina, que el envoltorio hay que reciclarlo para que las proclamas no suenen "algo viejunas" creo que dijo. Rancias. Hay que ver cuánto hay de enfado, de efecto Podemos. Luego igual la botiga remonta, salimos de la crisis y ya hablamos de otras cosas...

Nada peor que decir a una mujer "debió de ser guapa de joven", ha dicho. Mire luego qué nos ha hecho Uma Thurman...
Desde luego, pobre. Mi mejor recuerdo de los Oscar del año de Balseros es que me crucé con ella: espectacular, alta, con vestido blanco, bella y salvaje. Pero los mismos medios que exigen que uno se reinvente -palabra que detesto- la critican. Y cae la gente que no está rodeada de un círculo suficientemente amoroso e inteligente para decirle "no te cambies que es peor". Tengo amigas actrices que están mirándose el bótox de reojo para tener trabajo, pero las aconsejan mejor.


Fuente: La Vanguardia

jueves, 12 de febrero de 2015

Uma Monsthurman


Uma Karuna Thurman era una estupenda actriz estadounidense que a un servidor le gustaba mucho. Tenía tan solo 44 años cuando murió a manos de un cirujano plástico en este mismo año 2015, el día en concreto en que atentaron contra ella no me consta, ¿Qué más da?
Para mi recuerdo y para el imaginario colectivo siempre me/nos quedará la Cécile de Volanges de “Las amistades peligrosas”, la Mia Wallace de “Pulp Fiction”, la Andera Sinapellido de “Beautiful Girls”, la Irene Cassini de “Gattaca”, y sobre todas ellas la Beatrix Kiddo alias Mamba Negra de Kill Bill…

¿Fue consciente, en su último instante de lucidez, que nadie volvería ni siquiera a masthurmarse con el recuerdo de su imagen? Te has quedao descansá, nena, en paz ya no sé yo. ¿En serio pensáis que a los tíos nos gustan las tías retocadas?, ¿Quién cojones os lo ha hecho creer?, con lo bonita e interesante que es la naturalidad que proporciona el paso de los años… más allá de los espejos.-

martes, 10 de febrero de 2015

El game is over de fucking rainbow


A día de hoy la cosa esta del blog anda así:

Inicio Trayecto: 16 de junio de 2009
Final Trayecto: 10 de febrero de 2015
Distancia Recorrida: 5 años, 7 meses y 25 días
Visitas: 45530
Top Ten Internauta: España-24432, Estados Unidos-4862, México-2346, Argentina-1625, Alemania-1257, Rusia-973, Francia-916, Colombia-811, Rumania-728, Chile-695.
Posts-Entradas: 511 + 1
Comentarios: 1710
Próxima Estación: ¡Vete tú a saber!

sábado, 7 de febrero de 2015

Petróleo al óleo


El mercado del arte ha batido un nuevo récord mundial: 265 millones de euros por ‘Nafea faa ipoipo’ de Paul Gauguin ha pagado una peña que hace llamarse la Autoridad de Museos de Qatar… ¡quieto parao!
El pintor francés debe estar revolviéndose en su maus-óleo, él que pasó sus últimos años en Tahití con una sífilis de caballo antes de, olvidado de la mano del dios don dinero y sobreviviendo a duras penas con una ridícula pensión que le enviaba su marchante, acabar contrayendo la lepra en Martinica y diciéndole au revoir a su paleta de colores vital…
El arte no debería tener precio establecido y ser patrimonio de la humanidad para su uso y disfrute de manera postrera. Y si hay alguien que debiera qatar las mieles del triunfo económico y social, ese, señores míos, debería ser el autor de una obra cualquiera, para eso fue-es-será su ¡puto creador!
Bah! Mundo de locos!


*‘Nafea faa ipoipo’ (‘¿Cuándo te casas?’, en su título castellano). Te casas, te vendes, al jeque de turno, claro…

jueves, 5 de febrero de 2015

Las medallas del CIS


El barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas correspondiente al mes de enero de 2015 da el siguiente resultado en cuanto a intención de voto de los ciudadanos españoles en las próximas elecciones generales (aunque primero habrán andaluzas, municipales, catalanas, que uno ya se pierde con tanta papeleta…); así rollo olímpico estas son cada cuatro años, con sus capitanes presidenciables al frente de los partidos correspondientes a disPutar.
 ¿Te parece lógico, socio?


ORO: Mariano Rajoy – 27.3 %
PLATA: Pablo Iglesias – 23.9 %
BRONCE: Pedro Sánchez – 22.2 %

miércoles, 4 de febrero de 2015

Raons de pes

Adrià Puntí tiene etiqueta propia en este blog porque me parece uno de los genios musicales más incomprendidos de la historia de este país. Ahora que dice que vuelve en 2015 (¡venga, tío, a ver si esta vez no vas de farol!) me voy a permitir un ejercicio de nostalgia; aunque nunca se fue del todo, lo que pasa es que sus inmensas dosis de arte son tan minoritarias que sólo unos pocos gourmets nos permitimos el lujo de seguirles la estela. Mejor así, entiendo perfectamente que le abrumen las masas. Ha pasado un cuarto de siglo desde ese concierto, todo tiene un principio, Adrià, también un final… y un volver a empezar. Hoy, con amago de nevada en la ciudad y chupito de Ballantine’s incluidos, me he despertado con esta canción:


Son las once de la mañana, no me preguntes nada, quieto, es un domingo cualquiera. Me levanto y voy torcido y tengo mal gusto en la boca, todo lo veo borroso. La cabeza me va muy despacio, mientras no puedo parar este carámbano de corazón. Tendré, tendré ... que cambiarme el cerebro. Apenas toca la alarma empiezo a refunfuñar de aquel despertador, que siempre me suele poner nervioso. Y cada nuevo rayo brillante me cuesta más dibujar el boceto sencillo de una sonrisa, ¡con lo fácil que salía antes de aquella migaja de nido dulce! Me duele mucho pensar que el futuro es gris, que se pudrirá haciendo un bostezo. Tú siempre dices que está casi a punto de llegar. A buena hora vendrás... que ni falta nos hará volvernos a emborrachar. El tiempo corre, nos está chamuscando, quiero aguardiente, yo ya no puedo esperar.”


Tema: “Bevent passant” – Umpah pah
Concert: Casernes de Girona, 1990
Libre Traducción al Castellano: Krust