Mañana parto de nuevo
a Managua, tengo cita en
la librería Parnaso. Quedé
con unas cuantas muchachas que
trabajan en un night club. Quieren
llevarme al barrio a bailar, me
van a enseñar palo de mayo. Soy
buen bailarín con unos tragos, demasiado
torpe si me paso.
Su belleza les permite ser castigadoras: yo no me pienso negar. Ellas serán las que dispongan, y yo, no me pienso negar.
Si escucharan más, no serían ellas, igual que sin dolor, ya no hay blues. No sé si hay alguien dentro de esta azotea, o como la marea, viene y va.
Propongan lo que propongan, no me pienso negar. Yo tomaré, ellas traerán la mota, y yo, no me pienso negar.
Su belleza les permite ser castigadoras: yo no me pienso negar. Ellas serán las que dispongan, y yo, no me pienso negar. Propongan lo que propongan, no me pienso negar. Yo fumaré, ellas traerán la mota, y yo, no me pienso negar. Al palo de mayo, palo de mayo.
Su belleza les permite ser castigadoras: yo no me pienso negar. Ellas serán las que dispongan, y yo, no me pienso negar.
Si escucharan más, no serían ellas, igual que sin dolor, ya no hay blues. No sé si hay alguien dentro de esta azotea, o como la marea, viene y va.
Propongan lo que propongan, no me pienso negar. Yo tomaré, ellas traerán la mota, y yo, no me pienso negar.
Su belleza les permite ser castigadoras: yo no me pienso negar. Ellas serán las que dispongan, y yo, no me pienso negar. Propongan lo que propongan, no me pienso negar. Yo fumaré, ellas traerán la mota, y yo, no me pienso negar. Al palo de mayo, palo de mayo.
Video: AQUÍ
Canción (31). - “Palo
de mayo” – Enrique Bunbury -El viaje a ninguna parte (2004)
Imagen:
Librería ‘El Parnaso’ – Managua (Nicaragua)