“En la biblioteca de la universidad se demoraba por los pasillos, entre los
miles de libros, inhalando el olor rancio del cuero, la tela y las páginas
secas como si fuese un incienso exótico. A veces se paraba, tomaba un volumen
del estante y lo sostenía durante un momento entre sus grandes manos que le
hormigueaban al contacto especial con el lomo y las manejables páginas. Luego
hojeaba el libro, leyendo párrafos aquí y allá, pasando las páginas
delicadamente con sus rígidos dedos, como si su torpeza pudiera arrancar y
destruir lo que había supuesto tanto esfuerzo descubrir.”
Stoner
John Williams