“Desde
el principio, con Héroes, yo tenía clarísimo lo de ir creando diferentes
imágenes para cada proyecto, lo que pasa es que el corsé de Héroes era mucho
más apretado. Cada uno tenía su carácter y cada uno tenía su estética, en lo
personal creo que un poco más acentuada que la del resto del grupo. Lo que pasa
es que a raíz de mi comienzo en solitario, eso se radicalizó y se hizo mucho
más patente.
Con
Radical Sonora era la cosa esta del personajillo un poco del espacio. Y con
Pequeño era la versión más crooner de cantante de cabaret decadente cantando
para pocas personas, pero con estilo y elegancia.
En
realidad, yo creo que ahí salió por primera vez una cosa que yo ahora acepto
sin ningún problema, que es algo que le cuesta mucho aceptar al rockero
hispánico medio de a pie: es que cuando yo crecía, escuché a Elvis Presley y
fue un motor de mi carrera, y los Beatles y los Stones y David Bowie; pero es
que también escuché a Raphael, a Camilo Sesto, Nino Bravo Cecilia y Jeanette.
Todo eso lo he mamado. Y de alguna forma ahí hay algo que no sabía definir muy
bien, el mundo del espectáculo en sí mismo el ‘mamá quiero ser artista’ de
Concha Velasco… Creo que ahí, en Pequeño, sale por primera vez eso de que,
además del disco, quiero dar un espectáculo y quiero que tenga una connotación
teatral y no me importa tirar de todo esto que a muchos les puede parecer viejo
y casposo, pero a mí me parece que tiene un encanto decadente y delirante”.
“Pequeño. El disco que salvó a Bunbury” – Josu Lapresa
Ed. Lengua
de Trapo (2014)