viernes, 9 de mayo de 2014

Resistencia: La ciencia de la Existencia


“Durante todo este tiempo, Elena, la buena esposa del arquitecto, había consultado a un montón de psiquiatras a los que había conseguido atraer con diferentes excusas para que trataran al arquitecto. Había división de opiniones entre ellos. No se trataba, ciertamente, de un caso lo que se dice habitual. La mayoría se inclinaba por hablar de una monomanía del tipo que afecta a los coleccionistas de cactus o de sellos pero, ¿quién podría precisar la frontera entre un simple hobby y la manifestación de una auténtica patología? Se conocen muchos ejemplos de pasiones absurdas que pueden conducir, sobre un fondo de normalidad, a manifestaciones de locura. ¿Cuántos no han arrojado su televisor por la ventana durante un partido de fútbol? Hay también casos de pensionistas que se han suicidado tras perder una partida de tablas reales. Así que Elena haría bien en ser comprensiva mientras su marido siguiera haciendo frente a sus problemas en el trabajo y respondiera en las convenciones sociales de la vida familiar. En definitiva, no podía olvidar que había aceptado a Emil Popescu como esposo para lo bueno y para lo malo, y tenía que dar por seguro, además, que si lo declaraban enfermo mental, el cuidado del arquitecto recaería también en su familia, pues su delirio no representaba un peligro para la sociedad.”


“El arquitecto” – Nostalgia  

Mircea Cărtărescu