El
19 de noviembre de 2002 el Prestige (un petrolero monocasco de Liberia,
construido en Japón, con bandera de Bahamas, gestionado por Grecia, asegurado
en los EEUU y cuyos propietarios de la carga que transportaba eran suizos… ahí es
nada el batiburrillo de banderitas para que luego digan que la pirata es fea y
cojea de una pata) se partió en dos y se hundió en el fondo de la mar salada
provocando una de las mayores catástrofes ecológicas de la historia de España
al derramar toneladas de fueloil en sus nítidas aguas y enviar al litoral
gallego los restos del naufragio en forma de diarrea alquitranada. Entonces
inventamos un nuevo nombre para la caca que el océano devolvió a la tierra:
Chapapote.
El
próximo martes, justo dentro de una semana, se cumplirán 11 años de la
aparición de estos extraños pingüinos blancos en las costas del litoral gallego.
¿Eran extraterrestres cazadores de catástrofes medioambientales o eran nobles
terrícolas movilizados socialmente por una causa vital?... Un palco de platea
en primera línea de caos.-
Foto:
Antonio Giménez (El Periódico de Catalunya)