sábado, 27 de octubre de 2012

Lagartijo


Jim Morrison siempre fue el Rey Lagarto, ahora le ha salido un competidor. El tipo se llama Erik Sprague y tiene 40 años, nació en una base militar de Kentuncky, su padre es veterano de la guerra del Vietnam y su madre pues no sé (AQUÍ podéis leer una interesante entrevista donde habla de sus cosas) así que habrá que pensar que lo suyo puede ser una elección personal más que una cuestión de genes. Tiene tatuada hasta el alma, 19 años entregando su cuerpo al colega que le tatúa las escamas lagarteranas, entre otra serie de piercings y complementos varios como unos implantes subcutáneos de teflón (material más duro que el hueso) que sustituyen a las cejas y que parece ser lo que más le dolió junto a la transformación de la nariz. También se ha limado todo el morro para tener una de esas dentaduras que haría morirse de envidia a la Diana de V. Entre las cosas que me parecen más curiosas está esa lengua bífida, cuyas dos partes puede mover cada uno hacia un lado, dice Erik que le pregunten a su mujer sobre sus ventajas; aunque también he flipado con lo de sus comidas favoritas: en su tiempo de ocio a Erik le mola pasear por montañas bucólicas y ponerse hasta el culo de saltamontes e insectos varios...
El tío no esta loco, no, se sacó la carrera de filosofía con excelentes notas y mientras preparaba el doctorado le asaltó la idea de montarse un espectáculo (rollo Freak Show, imagino yo) donde hace cosas como arrastrar coches y trasladar varias cajas de cervezas, llenas y fresquitas, colgadas de unos pendientes especiales que tiene en las orejas para repartir entre el respetable que vaya a ver su función, imagino yo, además de clavarse tijeras, sacacorchos y cosas así en la nariz.
Total, que Erik ha hecho de su pasión draconiana un modo de vida. Y oye, me parece perfecto, si él es feliz pues que le aproveche…