domingo, 24 de abril de 2011

Sensaciones telegráficas


Breve desconexión de 2 días para 4 personas en Pontons, una sorprendente población del Baix Penedés, tierra de excelentes caldos vinícolas. Stop. Sangre de Cristo que se derrama por la garganta para purificar los malos hábitos de la vida estresante en la gran ciudad. Stop. Tiempo primaveral, lluvia de colores: verde cambiante la flora, roja la tierra, negro el vino. Stop. Actividades sin prisas pero a contrarreloj: Trekking (Sant Joan de la Muntanya). Visita cultural (Santes Creus). Regocijo gastronómico (Restaurant “El papá”). Stop. Vuelta a casa con una idea bailando bajo la lluvia: Algún día creo que podríamos vivir en un sitio así. Stop. Volveremos, seguro. Stop. Mañana festivo, vendrá de campanillas para preparar la vuelta a las andadas. Stop. Próximo objetivo: Agosto. Stop. Saludos. Point and finale.


Perdidos en: EL MOLÍ. Chapeau para los anfitriones: Carme y Jose. Bordeando el excelso en el binomio calidad-precio.
Un momento: Imaginar lo que sentiría un monje de los Cister meditando por el claustro mayor de Santes Creus.
Un plato: Civet de porc senglar al ví negre. (Carne de caza de jabalí guisada).
Una anécdota: El delicioso pastel sorpresa de Sant Jordi que me regaló la peña para celebrar mi cumple en el restaurante, velitas y cancioncilla incluida. Jo, que corte!
Momento freak: El Barça-Osasuna en el único bar del pueblo. Un garito gótico frecuentado por personajes de far west, por así decirlo. Menos mal que fue un partido aburrido…
Lo mejor: Respirar aire puro en buena compañía.
Lo peor: Poco tiempo para tanto por conocer.
Ah! Y una decisión meditada para finiquitar la semanita santa: Voy a dejar de fumar, aunque supongo que sería más ajustado al porvenir decir que… voy a intentarlo!