martes, 9 de noviembre de 2010

· Fausto 5.0 ·

Obra cumbre del cine de terror, una de esas películas semidesconocidas que empiezan a tener el aroma de culto que les proporcionan el paso de los años reposando en la memoria de todos aquellos aficionados que pudimos verla en su momento, impresionante en pantalla grande, y de los que la degustan con amor primerizo en estos tiempos, tentados por la cólera del diablo, el otro día repetí pecado en TV… La insatisfacción del deseo de poder del ser humano, sus miedos y anhelos, los fantasmas del sexo y la depravación, la hipocresía y la falsedad de una sociedad envilecida, la eterna lucha entre ciencia y espiritualidad… todos los temas que puedas imaginar condensados en 93 asfixiantes minutos que te van a hacer desear con todas tus fuerzas que acabe cuanto antes el combate mental con la pantalla, soportando como buenamente puedas sus impresionantes imágenes e intentando ganar la disputa a los puntos (de sutura), o tirar la toalla antes de que se desencadene el caos…
Localizada en una Barcelona futurista y decadente (asombrosa elección de exteriores decorados para la ocasión), y extrarradio (tremenda la escena rodada en un fantasmal hospital abandonado de L´Hospitalet, todavía en pie…), todo empieza con un congreso médico de altas eminencias en cirugía que desemboca en… demencia y orgía.
Descomunales trabajos actorales de Eduard Fernández (Goya 2001 por esta interpretación) y Miguel Ángel Solá, al frente de un estupendo reparto: Najwa Nimri, Irene Montalá...
Si la ves algún día, no la olvidarás fácilmente, de hecho, te estigmatizará para siempre jamás. Debut tras la cámara del interesante director extremeño Isidro Ortiz, a seis manos con Carlos Padrissa y Alex Ollé (o lo que es lo mismo, anímas Mater del anticonvencional grupo teatral catalán La Fura dels Baus). Tan trepidante como fascinante: Masterpiece!