martes, 16 de noviembre de 2010

Citius, altius, fortius

Pues la noticia es de esta tarde: La UNESCO reconoce y declara Els Castells como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad… Me alegro, porque este espectáculo realza la integridad y la igualdad entre las personas que colaboran trabajando en equipo por un mismo objetivo de superación colectiva, donde todos los que participan son importantes, desde el que arrima el brazo en la piña plantada en tierra hasta l´anxaneta (que es el niñ@ que sube a jugar con las nubes y saluda al respetable desde su heroica atalaya). Intenso e impactante recital de solidaridad en un mundo cada vez más individualista donde si le pides al vecino que te eche una mano, suele rodearte la cintura y tocarte el culo buscando la cartera, eso sino te agarra del cuello directamente…
En dicha reunión celebrada en Nairobi (Kenia), y pienso yo que con la misma poética justicia, también han sido premiados con el mismo e inmortal reconocimiento: El Flamenco (que es un exquisito arte, pese a quien pese, que más pesada me resulta a mí la losa xenófoba de la crítica musical), La Dieta Mediterránea (ñam,ñam, rico, rica, delicioso y saludable delirio gastronómico a repartir entre España, Grecia, Italia y Marruecos, todo regado con un chorrito de oro líquido o aceite de oliva), y El Canto de la Sibila de Mallorca (algo que he investigado un poco, reconozco no tener ni idea y que me sonaba a chino mandarino, pero me ha parecido muy interesante en cuanto a su historia, sorpresas te encuentras siempre en el berenjenal religioso…).
Los ministerios de Cultura y Turismo, y toda la serie de chupópteros que pululan por los diversos departamentos territoriales deben estar frotándose las manos y preparando las bolsas para cargarlas con billetitos internacionales de futuros degustadores de “rarezas” mundanas… lo que no saben ellos (y si aprenderán los que vivan estas experiencias) es que hay cosas que no tienen valor material. Afortunadamente.

210 años después de la creación de la Colla dels Xiquets de Valls, posiblemente la más conocida de los sesenta grupos de Castellers existentes, y perdidos en el recuerdo, aunque nunca olvidados, aquellos pioneros que iban de pueblo en pueblo montados en carretas levantando columnas humanas de feria en feria, por fin hoy han tocado el cielo de la posteridad. Felicidades.-