miércoles, 27 de octubre de 2010

· Plog ·


Título original: Un lieu incertain
Título castellano: Un lugar incierto

Como amante insaciable de la novela negra, ha sido un placer conocer al comisario J.B. Adamsberg. Un bofia al que intuyo cincuentón por algunos detalles que asoman entre las páginas del libro. Separado de su pareja en algún momento de su carrera (gajes del oficio, claro), tremendamente despistado aunque inteligente -contradictoria virtud o defecto que corrige su eficiente equipo de trabajo-, sumamente incisivo y buen profesional nadando a la contra por el corrupto río que desciende, ya viciado, desde las altas esferas del Sistema. En definitiva, un tipo duro que sabe disfrazar sus propios sentimientos, que vaya si los tiene, con harapos de rareza.

Un inicio trepidante: El hallazgo de una serie de zapatos, tantos como 17, femeninos y masculinos de diversas tallas y épocas, aparecen súbitamente a las puertas de Highgate (tenebroso cementerio de las afueras de Londres, donde yacen ilustres personajes de la talla de Charles Dickens o Karl Max entre otros…), perfectamente alineados en fila india. Hasta aquí nada de extraño, a no ser porque los pares de zapatos no están vacíos, sino que los calzan sus correspondientes pies en el interior. Calcetines sudados para los hombres y medias de rogar para las mujeres, todos cercenados a la altura del tobillo. Huesitos y tendones en perfecto estado de conservación asomando entre las costuras y tiñendo de rojo los bordillos de la acera de entrada al camposanto. Echen cuentas y verán que les salen 8 personas que “caminan” descalzas por el sendero del otro barrio…

Eh! Que son nueve los muertos, ¿o es que no saben contar?, 17 zapatos en stock…

Un nudo central trepidante, con Adamsberg y su troupe de polizontes franceses (mención especial para su ayudante Danglard, tremendo el personaje), recorriendo media Europa para completar la investigación del caso, con parada final en Kisilova (Serbia). Es aquí donde acontece la que para un servidor es la parte más interesante de la novela; hasta llegar a un incierto final, nunca mejor dicho. Golpes de efecto y un caleidoscopio de coincidencias consiguen realzar el peso y la intriga de la historia, que sin duda marcará futuras novelas de la saga Adamsberg, imagino, con una resolución tan impactante como esta.


Fred Vargas (París, 1957) está considerada la reina de la novela negra francesa. Sí, la autora es una mujer, a pesar de que su asexuado nombre de pila pueda inducir a engaño. Esta es su 10ª incursión en la novela negra, con lo cual presenta en sus credenciales el suficiente rodaje como para que su personaje principal, Adamsberg, no pase desapercibido entre el extenso elenco de policías literarios existente, cada país tiene o tuvo en el pasado el suyo entre los aspirantes a la posteridad como bien sabemos.

¿El misterio de los pies cortados? Ah, me temo que el lector tendrá que recorrer océanos de páginas (326 del ala) para encontrarlo.



Foto: Cementerio de Betlan (Lleida) – Vall d´Aran. Krust (2010)
Recomendación: Una página web muy interesante dedicada a los libros donde va a reposar este post y otros sobre libros, además de en este blog, por si a alguien le interesa: entrelectores.com