lunes, 5 de abril de 2010

Marinero de luces



· Buyl ( Krust Áceo, Agencias )

Algunas de las escasas criaturas marinas que viajaban anoche en el autobús 91 de la línea Seawater Express que cubre el trayecto entre las colonias marinas de Sylvock y Buyl declararon que avistaron la presencia de un hombre rana sobrenadando por encima de sus cabezas. El conductor del vehículo, un pulpo con más de 30 años de navegación en sus tentáculos, afirma no haber presenciado el incidente ya que se hallaba concentrado en la carretera al producirse el presunto avistamiento, justo cuando atravesaban una peligrosa sima situada a escasas ocho millas marinas de destino, “la especial orografía de la zona requiere la máxima atención – declaró -, aunque sí es cierto que escuché una cierta algarabía procedente de la parte trasera del convoy, donde viajaban siete sardinas que embarcaron en Sylvock, visiblemente beodas tras haber disfrutado de la despedida de soltera de una gamba roja, según comentaron…”.
Las autoridades pertinentes tomaron declaración al resto de pasajeros: un calamar solitario que viajaba dormido de camino al trabajo en una tintorería de su propiedad, una pareja de berberechos que viajaban en el flanco izquierdo de ruta y dijeron no ver nada, tan solo algunas burbujas que ascendían procedentes del lado derecho donde las sardinas disparaban sus flashes a través de los cristales (la Policía Científica de Acqualaw requisó el carrete donde solo aparecían instantáneas de la juerga prenupcial, que se divulgarán a la prensa para escarnio de las participantes, además de una fotografía donde no se aprecia absolutamente nada pero que quedó requisada como curiosidad en el informe expedido para su posible investigación), además de una nécora que tuvo que ser atendida de urgencia, fuertemente impresionada por el presunto avistamiento: “Soy consciente de que nos tomaran por locos, pero nadie va a negar lo que mis ojos han visto, ha sido impresionante, en un momento dado el extramarino pareció asustado y escapó hacia la superficie, iba vestido de negro y portaba algo parecido a una botella amarilla pegada a la espalda…”.
Incidentes similares se producen en distintas partes de nuestro Fondo Marino cada cierto tiempo, pero como manifiesta Humphrey Bogavante, uno de nuestros más prestigiosos antropólogos: “Nadie da crédito a estos extraños sucesos que solo sirven para enfermar la imaginación de nuestros pequeños retoños. Está demostrado científicamente que es imposible la existencia de criaturas bípedas con aletas postizas que habiten en lo que nuestros antiguos ancestros llamaban Tierra Firme, así que llamemos nosotros espejismos a estos pequeños incidentes, quizás provocados por el juego de luces de los faros del vehículo al impactar contra las rocas u otras superficies. Además en el improbable caso de que existieran esos seres extramarinos, jamás se aventurarían a llegar hasta aquí abajo. Simplemente, imposible, así que bien haríamos en dedicar nuestros esfuerzos en hablar sobre fundamentos lógicos evolutivos y dejarnos de tanta tontería mística espiritual”.-