martes, 13 de abril de 2010

El chicochica

A la espera del estreno el próximo viernes en todos los cines del Reino de la “Alicia” de Tim Burton, que veré un poquito más adelante ya que estaré fuera de la City perdido por las maravillas que ofrece el despertar de la primavera en un refugio antistress de montaña, por cuestiones propias a mi voluntad, hoy me apetece poner algo de este genial director, una miajilla de la que posiblemente sea su mejor película, donde homenajea al conocido como “el peor director de la historia del cine”, que no es otro que ese Ed Wood interpretado magistralmente por Johnny Depp.
Dirigida en 1994 por el genial director californiano, estratégicamente colocada en su filmografía entre el inmenso cuento gótico que fue “Eduardo Manostijeras” y el estupendo delirio de invasión extraterrestre reflejado en “Mars attacks”, esta película habla de muchas, muchísimas cosas, más allá de reflejar minuciosamente la complejidad del personaje de Wood, encantador de serpientes de celuloide escondido bajo el disfraz de una persona+lidad contagiosamente alegre que copula sin condón en cada plano de este orgasmo visual en blanco y negro con esa imperturbable ilusión por dedicarse al mundo del cine que le caracterizó siempre; arremetiendo con fuerza contra todos aquellos que picoteaban, y que continúan haciéndolo en nuestras salas de proyección actuales, con desgana y mal hacer, la caspa adosada a modo de mugrienta serie Zzzzz, en la chistera mágica del séptimo arte.

Serie “B” decían de las pelis deEd (anda, ha salido un palíndromo de esos volando, fiuuuu!), pero como en los antiguos singles de vinilo, la calidad se escondía en la cara oculta del disco que casi nunca nos hemos parado a escuchar con el paso de los años, visualizando, imaginándolo, con detenimiento, porque es ahí donde el artista solía verter toda su sangre creativa en cada surco, con la modestia de quién conoce su grandeza y le abruma la fama…
Un estupendo pulpo-guión gigante escrito a seis manos, la envolvente banda sonora de Howard Shore, una fotografía preciosista que firma un tal Stefan Czapsky, además de un vestuario espectacular salido del armario demodé cargadito de plumas y lentejuelas de Colleen Atwood y sobretodo de un reparto de actores inmenso, con especial mención para Martin Landau y Bill Murray, hacen de esta peli una deliciosa excursión a las entrañas del “glamour” del cine, dicho esto desde la admiración que siempre me han producido aquellas personas que defienden a capa y espada, mareando a la contra, lo que quieren, o les gusta, hacer con sus vidas, pensando que a la “falta de talento” a veces se la suple con un poquito de dedicación, de entrega, de generosidad… y un muchito de amor por lo que se hace.-

• Para mis amigos virtuales: Octavio, que es lo más parecido a conversar con Ed Wood o Tim Burton en pleno siglo XXI, y Alicia, que estrena 27 añicos el próximo sábado con un maravilloso país de sueños en la mochila de la imaginación.
• Siento no haber encontrado la V.O.S. Imprescindible. Hasta lueguito.-