martes, 30 de marzo de 2010

Clamando a las puertas del cielo

Esta es la única foto que he encontrado en la red del reverendo Lawrence C. Murphy, sacerdote de la Archidiócesis de Milwakee, que abusó de 200 niños sordomudos menores de edad durante el periodo comprendido entre 1950-1974 y que acabó sus días en la tierra, antes de ascender al paraíso, con la máxima impunidad, muriendo en su camita sin expiar sus pecados; pobres diablillos que ni siquiera tenían la capacidad de gritar pensaría este pedazo de mierda con sotana.
Destapado el caso en la actualidad, supongo que algo habréis oído de la candente noticia, el Vaticano declara que el tipejo no fue castigado porque cuando se supo ya habían pasado 20 años y el religioso estaba muy enfermo, las máximas autoridades de la iglesia, incluido el actual papa Benedicto XVI, encubrieron al sacerdote estadounidense en este infame caso de pederastia, otro más en la lista negra. El entonces cardenal Joseph Ratzinger, quién era prefecto de la Congregación para la doctrina de la Fe y otros responsables eclesiásticos discutieron sobre la expulsión del cura, pero la prioridad fue preservar a la Santa Iglesia del escándalo…
En noticia de última hora se confirma la visita del papa Benedicto Ratzinger Z-16, o como cojones se llame, a Barcelona el próximo 7 de noviembre para presidir la consagración de la Sagrada Familia, se esperan al menos 30.000 fieles, de los que solo diez mil elegidos entraran en el templo modernista según informa el cardenal Rouco “He sido consultado y he informado a favor”. Vale tío, me voy a apuntar la fecha en la agenda, pero te aseguro que seremos muchos más los que nos manifestaremos “pacíficamente” en contra de esta non grata visita, muchísimos más los que toparemos contra la divina comedia de la justicia espiritual. Turistas de la falsa moral, no gracias. Aquí os esperamos con las alas abiertas, pajarracos.-

sábado, 27 de marzo de 2010

Flash & Roll


Jim Marshall (1936-2010)

La historia del rock está plagada de fotografías imperecederas, pero pocas con la calidad expositiva de este fotógrafo que falleció la madrugada del pasado jueves en un hotel de Nueva York después de haber inmortalizado algunas de las instantáneas más recordadas por legiones de seguidores de todos los grandes ídolos de masas que retrató en escena o entre las bambalinas de sus vidas privadas; muchos intentaron seguir la estela de las estrellas pero solo a él le permitieron inmortalizar la imagen congelada de los dioses. Algo tendría el tipo cuando los permisos siempre eran concedidos…
Jimy Hendrix quemando su guitarra, haciendo alquimia entre notas musicales y fuego divino en Monterrey (junio 1967 ante 200.00 personas), Johnny Cash apuntando el dedo corazón a su cámara antes de actuar en San Quintín (Marshall también estuvo presente en los míticas conciertos de Cash en la prisión californiana de Folsom)…


Haciendo humanos, accesibles y vulnerables a los dioses del Rock: Bob Dylan en 1963 jugando como un niño persiguiendo un neumático por la Krust Street, una calle perdida de la gran manzana (je!), o la díscola y rebelde Janis agarrada a la botella en 1968…
Era el único al que dejaban entrar entre bastidores gentes como Jim Morrison, Robert Plant, Grateful Dead, Jimmy Rape, John Coltrane… e incluso The Beatles en el último de sus conciertos en San Francisco, 1966. Todos los músicos le respetaban por su profesionalidad pero sobre todo por su cabezonería en conseguir las fotos. Simplemente era uno de ellos…
Dicen que nadie ha retratado al diablo, aunque se sepa a ciencia cierta que es un gran aficionado al Rock and Roll, también que Jim Marshall no olvidó su vieja cámara Leica en la maleta antes de afrontar el último viaje al centro de la tierra, puede que aún nos quede disfrutar de una última y postrera foto suya, el cuarto de revelado en rayos X con iluminación en rojo natural lo tendrá a su disposición en el infierno, el modelo que posa con tridente, cuernos frontales y largo rabo creo que también, o puede que no esté dispuesto a regalar la exclusiva y exiga sus derechos de autor. Jim no pagará por inmortalizar al tipejo malo, eso seguro. R.I.P.-

miércoles, 24 de marzo de 2010

En una taberna portuaria

Si alguna institución se decidiera a recuperar el antiguo oficio de farero, solicitando un loco acreditado para trabajar como oficial atmosférico, e insertara un anuncio por palabras en una botella vacía de añejo whisky escocés, lanzándola al mar de nuestra confusión, yo la recogería en la última playa de mi oscuridad.
Si solicitaran formación adecuada para cubrir el puesto diría que soy capaz de contar las gotas de lluvia exactas que se aproximan por lontananza, descifrar el significado de las nubes leyendo sus caprichosas formas e incluso inventaría nuevos senderos de navegación basados en la inexorable posición de las estrellas.
Además prometería estar siempre atento a la llegada a puerto de alguna esperanza perdida y juraría solemnemente mirar hacia otro lado con mi haz de luz cuando algún barco pirata surcara las costas de mi puesto de mando.


Arrecifes aquí y allá, Carlos Goñi es el líder del grupo Revolver e invita a cantarse un fado en forma de taza caliente de café al camaleón Bunbury, entre instrumentos de viento en calma y de cuerda maroma con sabor a sal. Una hermosa rareza que a mí me recuerda vagamente a la trágica Penélope de Serrat… varada entre algas. Próximo embarcadero: Lisboa.

lunes, 22 de marzo de 2010

El spray de medianoche

El otro día leía un reportaje referente a este artista callejero británico de graffiti del que nadie sabe nada o casi nada, ya que a la vez que oculta su imagen privada de todos los medios de comunicación (póngase ustedes en la situación del mozo con la prensa sensacionalista british); bajo el disfraz anarco-punk del que algunos han hecho bandera multicolor más allá del rojo y negro original que simboliza este movimiento, resulta que trabaja a sueldo con organizaciones como Greenpeace, manda huevos que les pase la bandeja a estos, o empresas tan “deslumbrantes” como Puma o MTV. Además pinta sus cuadros particulares, que supongo yo que vende a iluminados de la cultura pop tirando a pijines de postal, en la casa de subastas Sotheby´s por sumas que van desde las 25.000 a las 50.000 libras esterlinas, que no es moco de pavo…
Actualmente todas las grandes ciudades de la vieja Europa, especialmente Londres, cuentan en alguna de sus paredes con la firma personal de Banksy en forma de arte callejero, le da igual que sea una zona céntrica o un polígono industrial del extrarradio, cuando al amparo de las estrellas, con nocturnidad y avemaría, sale de su escondrijo portando una vieja bolsa de deportes cargada de aerosoles dispuesto a que las calles expresen de propia voz el lamento de la cultura alternativa.
A mí señores, que quieren que les diga, me gustan los graffitis cuando están bien hechos e incluso pienso que alegran la vista a los ciudadanos que pasean por la exposición permanente de las aceras en su Metrópolis particular, otra cosa son los que se dedican a ensuciar las paredes con la misma des-gracia de su inspiración. En el fondo esto es un poco como la decoración de nuestros refugios hipotecados, garabatos los justos, que no sobrecarguen el ambiente acogedor, pero eso si, con la satisfacción del que ha sabido encontrar la formula adecuada a sus necesidades. Alquimia del buen gusto.-

domingo, 14 de marzo de 2010

Almost blue

Considerado por muchos como el mejor documental musical de todos los tiempos, tenía unas ganas enormes de poder ver esta peli dirigida en 1988 por Bruce Weber, algo que pude hacer ayer gracias a la cuidadísima edición del DVD, que contiene además otros exquisitos documentos, enorme el libreto de fotos, y un estupendo disco de audio para amantes de la música en general y del jazz parido en la costa oeste yanqui en particular. En estos últimos años me he aficionado mucho al jazz y este tipo tuvo bastante culpa de ello desde que escuché por primera vez el gemido siempre doloroso de su trompeta y la sutilidad de su desgarradora, cálida, lírica e intimista voz.
Y es que Chet Baker no solo era uno de los mejores trompetistas de todos los tiempos, además sabía cantar como pocos modulando su voz de terciopelo e impregnándola de una melancolía sublime. El amigo americano, que adoraba Europa, no sabía leer partituras musicales, sin embargo tenía un gran oído para memorizar melodías inmortales que adaptaba siempre a su gusto, cosas de genios…
Con una fotografía espectacular en blanco y negro que firma un tal Jeff Preiss y una banda sonora inmensa que llena de magia las dos horas de metraje, la película es un autorretrato contado en primera persona por el propio genio en sus últimos días de vida, una entrevista inmensa donde el propio Weber ejecuta las preguntas, y por donde pasan infinidad de documentos, fotografías, declaraciones de sus tres esposas y otras mujeres que pasaron por su vida (impagables las declaraciones de la jazzwoman Ruth Young), además de sus hijos, amigos, compañeros de escenario…
Todos tienen una opinión sobre Chet, pero solo él parece conocerse a sí mismo de verdad, libre y vulnerable como el pájaro exótico que siempre fue, el mundo tan solo le parecía una puta jaula grande de la que escapó una oscura noche arrojándose por la ventana de su hotel en Amsterdam, quedaban pocos días para su estreno en el festival de Cannes; acabado el visionado de este excelente documento todos acabamos conociéndolo un poco mejor, si quedara algún cabo suelto sobre la historia de este Señor de la Música las delicadas notas de su inseparable trompeta acabarán de contarnos el resto.- 

miércoles, 10 de marzo de 2010

Flores en la niebla

Como traducción literal de una de las más celebres canciones de mis adorados Pink Floyd, el título de esta novela ya me hizo detenerme en ella mientras emergía de una de esas pilas de novedades donde los jóvenes escritores pugnan por salir adelante con lo que les gusta hacer, es decir contar historias, del autor me sonaba vagamente el rostro, lo demás quizás lo hizo el leer su argumento en la contraportada, una novela de amor y misterio a caballo entre Barcelona (principio y fin) y París (núcleo de la acción), un paseo fantástico por la ciudad de la oscura luz invernal para regresar convertido en un hombre nuevo, siempre nos quedará aquella sensación de haber paseado por sus barrios cargados de encanto, y de las líneas escritas con tinta de mágica originalidad, antes de regresar a los prodigios adormecidos en el tiempo modernista donde algunos echamos raíces costumbristas.
Estamos en algún día postrero de diciembre previo a la tormenta navideña que nos toca soportar cualquier año, Daniel acaba de cumplir 30 años y en la fiestuki que se monta es su honor, además de los consabidos regalos (Cuánto dice un presente de la persona que lo entrega!!!) sin personalidad, al mozo le espera una desagradable sorpresa cuando su prometida le comunica que no van a casarse a pesar de tener fecha de boda, cosas que pasan amigo, en ese mismo momento comienza la peripecia vital del protagonista cuando solo en casa, cuando todos han marchado: amigos de postal, familiares de postín, e incluso la prometida y etérea Desireé que huye a refugiarse en los brazos de su sustituto…
Mientras recoge el desaguisado postfarra apurando las colillas de los ceniceros y dando pasaporte estomacal a los culos de las botellas que aún se mantienen medio llenas, nuestro prota abre un paquetito cuadrado que contiene uno de los regalos que han quedado desperdigados por la sala, no tiene remite, ¿para qué?, solo se trata de un triste CD, Eva Winter sale en la portada del disco, no le suena de nada pero le da cobijo en el reproductor, play… a partir de aquí se van desgranando una serie de pequeñas canciones recitadas por una voz cálida y sensual cuyo contenido argumental empieza a fascinar a Daniel, sencillamente alguien le ha robado el copyright a su existencia ya que todo lo que escupen los altavoces es la puta historia de su vida…
¿Puedes ponerte en situación?, cosas íntimas que tu solo sabes y que tu solo has experimentado, secretos mentales y personales: lugares, personas, sueños, todo encerrado en la profundidad de las letras que interpreta la cantante. Alguien desconocido está hablando de ti, basando un disco en la historia de tu vida, corte tras corte se desgranan las canciones y afloran los recuerdos, escucha el disco una y otra vez dejándose envolver por sus notas, simplemente no lo puede creer…
Enciende su ordenador portátil, Google, Eva Winter, cantante canadiense de raíces españolas que canta en castellano, estilo jazz-folk, acaba de lanzar su primer disco al mercado con discreto éxito en Norteamérica, afincada en París para dar a conocer su música en Europa, próximos conciertos en pequeñas salas de la capital francesa…
Antes de caer rendido en el sofá entre tanta mugre, llama a una compañía aérea y reserva un vuelo a París, también a una compi del curro: se larga unos días a desconectar, nada ni nadie le va a privar de intentar conocer a esa chica que susurra tras los altavoces, le atrae la casualidad y le fascina saber en que diablos se inspiró para escribir esas letras que hablan de “EL”, prepara la maleta y pulsa replay… zzzzzz
Doy mi palabra de honor que te va a hacer quedar bien, por ejemplo como regalo de cumpleaños para cualquier persona a la que quieras DE VERDAD. Y si alguien lo lee que se pase por aquí, ¿vale?, tantos matices con-tiene entre líneas que me resulta imposible explicarlos en una breve reseña. Monta en el avión con Daniel y descubrirás una lectura altamente recomendable. Bon Voyage.-

*Este no es el video original, sino un trabajo de fin de proyecto de un estudiante de cine desconocido, pero como me gusta apoyar a la gente joven que empuja con fuerza, como el propio Miralles, les cedo el espacio encantado...

viernes, 5 de marzo de 2010

Crisálidas

Cuando la mujer separó las piernas hasta el infinito y el mundo recibió con los brazos abiertos a Mary, un tenue rayo de sol resquebrajó el cielo gris plomizo de aquella mañana de abril, filtrándose entre las cortinas de la única ventana de la modesta habitación para alumbrar la escena que tanto tiempo después aún maravillaba al Doctor Moesich, quién asistió al parto con la profesionalidad del que atiende un caso único y por lo tanto siempre diferente. Lo que pudo ser un proceso rutinario en la intervención se transformó en perplejidad cuando observó que tras medio cuerpo asomando al exterior la criatura asía entre su mano izquierda, y tirando de ella, la de su hermana gemela Anne, que amenazaba con quedarse dentro de la insondable cueva de la sorpresa concebida sin apenas aire que respirar; fueron dos minutos y 14 segundos de agonía los que perlaron en sudor frío la frente del médico asistente y de la parturienta asistida, que no pudo soportar tanta ilusión y entregó sus fuerzas postreras en un último empujón de generosidad materna para regalarle la vida a su segunda e inesperada creación, abandonándose rendida después sobre la almohada acompañada por la banda sonora del doble trino lloroso de quienes se incorporaban al mismo mundo que ella les dejaba en fatal herencia. Volvía a inundarse la estancia de gris cuando el Doctor Moesich llamó en un aparte al rudo campesino que apuraba nervioso un pitillo entre los labios, en los años que llevaba ejerciendo su profesión jamás logró acostumbrarse al momento de comunicar una mala noticia a los familiares allegados, pero como siempre intentaba dejar la inexactitud de la ciencia a un lado para perfeccionar su lado espiritual con algún gesto de condolencia y apoyo moral, esta vez apenas pudo articular un abrazo sin palabras, antes de que se apagara la brasa de la felicidad en la mirada del hombre abatido por el dolor…
A pesar de que acabó jubilándose en el ejercicio de su tarea médica en aquellas agrestes e inhóspitas tierras, recorriendo en su destartalado carromato las remotas distancias entre aquellas granjas abandonadas de la mano de dios que se extendían desde el núcleo de la pequeña población de Cerxhill, para atender a quién necesitara de sus servicios, el Dr.Moesich jamás olvidó aquel día, en que a pesar de no sentirse culpable por lo acontecido en aquel fatídico giro del destino, quizás con un equipamiento médico adecuado podría haber salvado la vida de la mujer que tanto necesitaban las gemelas huérfanas pensaba a veces; y siempre intentó mantenerse informado sobre el crecimiento y la educación de las niñas, ya que el pobre diablo que ejercía de padre, y a pesar de ser una persona honesta y trabajadora, acabó abandonándose a los delirios del alcohol tras una temporada nefasta en la cosecha de sus tierras.
Recordaba que cierto día tuvo que volver a aquella lúgubre morada cargando en su carromato al padre semicomatoso, tirado en la parte trasera como si fuera un saco de patatas. Resultó que hipotecadas sus raíces, y con el agobio de los acreedores pisándole los talones, el hombre vencido salió una noche de la taberna dando tumbos hacia la calle, apretando tenazmente sus últimos dólares entre las manos, se dirigió a una barraca de las que salpicaban la calle mayor del pueblo en aquellos días de feria y empezó a disparar balines de plomo contra astilladas bolitas de colores que le proporcionarían un par de collares con forma de mariposa como certero premio para intentar levantar el vuelo de la desgracia que se cernía sobre las niñas en un futuro incierto, siendo él mismo quién acabó desplomándose al suelo sin acertar un solo impacto maldiciendo su mala estrella sobre el lodo, así lo encontró el Dr.Moesich avisado del incidente, entregó un billete de 5$ al sucio tipejo que reía insensible tras la tarima para comprarle los colgantes de bisutería barata e introducirlos en el bolsillo de su embarrada chaqueta…
Fue una semana después de que las niñas cumplieran 12 años, empezaba a amanecer cuando vieron dibujarse la silueta zigzagueante de su padre en la explanada que conducía a casa, esperaron que se dejara caer en el sucio jergón, le sacaron los zapatos y la ropa, y lo arroparon con una manta, después le besaron en la mejilla por turnos como siempre hacían, y se despidieron de él.


- ¿No es muy temprano para que estéis levantadas? Todo irá bien os lo prometo, este año será mejor y podréis empezar a estudiar, ¿Dónde vais a estas horas? – pudo articular antes de empezar a roncar…
- Vamos a ver a mamá – Dijo Mary en un tono de voz imperceptible
- Descansa papá e intenta ser feliz cuando despiertes – musitó Anne.


El barranco de Strach era un promontorio que se encontraba a escasa distancia de la granja, al sudoeste de la carretera principal que conducía al pueblo y contaba la leyenda popular que en su parte más alta el viento siempre soplaba cálido, fétido y quejumbroso como el aliento del diablo. Aquel día no fue una excepción, las hermanas se acercaron a pasos cortos hacia el borde del precipicio cogidas de la mano mientras el aire les alborotaba el cabello y les inflaba el dobladillo de las faldas de sus finos vestidos de tela. Anne miró a los ojos de su hermana por última vez, y no encontró ningún miedo reflejado en su mirada, sabía que estaba preparada para volar. Avanzó el pie derecho y pisó al vacío sin hacerle daño, el pequeño peso de la gravedad de su cuerpo fue suficiente para hacer el resto, mientras un alarido común brotó de sus gargantas y el eco lo transportó por todo el valle, los que tuvieron oportunidad de escucharlo declararon que aquello parecía un grito salvaje de libertad emitido por alguna extraña ave migratoria…
Cuando el Dr.Moesich llegó al lugar del aterrizaje, comprobó que no había nada que hacer por salvar aquellas pobres vidas aunque le sorprendió comprobar como los dos cuerpos seguían entrelazados por las manos, atendió primero a Mary, ya que como mandan los cánones era la que parecía más grave a simple vista, apenas tuvo tiempo de abrir su maletín de primeros auxilios cuando la chica exhaló su último suspiro, con actitud profesional echó un vistazo al reloj de bolsillo de su chaleco, eran las 6:08 de la madrugada cuando certificó la hora exacta del fallecimiento. Giró el cuello hacia la posición de Anne, que le miraba con un extraño rictus de felicidad, enseguida supo lo que ocurriría a continuación… dos minutos y 14 segundos después, la chica dejó de respirar y solo entonces soltó la mano de su hermana para abrazar su alma camino de la siguiente dimensión de sus existencias paralelas.
Aquellas dos criaturas habían vivido justo el mismo tiempo pensó Moesich al tiempo que miraba hacia el cielo con los ojos vidriosos. Pronto empezaría a llover.-

martes, 2 de marzo de 2010

En la frontera

A veces sentirse solo tiene una multitud de matices, tantos como gotas de cariño buscan refugio en la inmensidad de una canción que fluye entre vientos improvisados y nubes pasajeras perdidas en el tiempo que nos queda.-
· Para mi Kosilla, que anda flipándola por Beijing, Xian and Shanghai… ¿se escribe así, no?