miércoles, 2 de diciembre de 2009

La entereza del anarquista

Lunes por la mañana. De vuelta al trabajo, el atasco típico de entrada a la gran ciudad, localización: Madrid, con su inevitable stress, el radio-casette del coche vomitando canciones para inadaptados sociales....
Todo empieza con un leve accidente entre dos vehiculos, y el choque mental que se produce entre sus dos ocupantes, cuyos divergentes mundos colisionan asimismo mientras rellenan con tinta de odio el correspondiente parte siniestro que establece la burrocrácia; esta nímia circunstancia les lleva a no perder el contacto, mediante los datos personales que figuran en la copy del expediente de tráfico, hasta la aparición en escena de una tercera persona, Rosana, hermanita quinceañera de la conductora del vehículo B, disparando el tono cómico-social empleado hasta el momento por el autor hacia el más puro y duro melodrama, esa Lolita de clase alta con modales de extraradio (estupendísima María Valverde en la versión cinematográfica), consigue romper los cimientos sensoriales del mecanismo de defensa del protagonista, conduciéndolo, a la vez que a todos nosotros, hacia un final realmente logrado.
Con una prosa contundente y bien elaborada, Lorenzo Silva firma en mi opinión su mejor obra hasta la fecha. Finalista del Premio Nadal 1997, galardón que más tarde consiguió en el 2000 por otra interesante novela "El alquimista impaciente", este libro se lee de un tirón y nos enseña que a menudo, esta vida tan plagada de injusticias no tiene demasiado sentido y que nadar a contracorriente, inevitablemente conduce a la destrucción, o debería decir a la salvación del ser humano.... A gusto del consumidor!
La película empieza así, el libro también, lo que sucede después en sus páginas, que se leen de un tirón, es toda una prueba de fuego para quienes creen que tienen el suficiente autocontrol como para despreciar los hechizos del corazón, o para aquellos que no ven más allá del tradicionalismo más recalcitrante en las relaciones entre personas, más allá de la fecha de nacimiento que indique su libro de familia.
Ver a Luís Tosar meterse en la piel de cualquier personaje hasta hacerlo suyo, con sobredosis de veracidad, es algo que me llena de gozo. Aquí le bastan dos minutos de ternura para componer el personaje de un hombre extrañamente sensible, capaz de emocionarse con algo tan contundente e inclasificable como este "Standby" de Extremoduro. El mundo secreto de los hombres, cuando están a solas consigo mismos... y con su circunstancia.-


"Vanidad tenemos todos, y a cualquiera nos gusta que nos la halaguen por hacer chorradas. Pero hace falta un par de pelotas para decirle al domador, cuando te pide que des un saltito a través de un aro ardiendo, que el salto lo dé más bien la puerca que lo parió y que ya puede empezar a gastar el látigo. La primera vez que uno salta por el aro ardiendo se deja las pelotas allí colgando y ya nunca más puede recobrarlas" - Lorenzo Silva