martes, 22 de diciembre de 2009

Antes, durante, y quizás después...


Yo en estas fechas entro en periodo de hibernación, como los osos, intento desaparecer de la faz de la tierra aunque siempre me encuentran los compromisos, sean laborales, familiares o sociales. Valeeee alguno es ineludible y prometo ponerme mi mejor disfraz de felicidad; pero por lo demás no estoy para nada ni para nadie, aunque acecho por las noches mirando el cielo a ver si veo transitar al gordo rojiblanco montado en su trineo tirado por renos, algún año pasará por mi campo de visión, y entonces solo tendré que cargar la escopeta de mira telescópica con infrarrojos y realizar un solo disparo con bala de fogueo, preciso y certero, apuntándole al corazón, solo pretendo asustarlo y que suelte el botín que lleva en el saco para que así lluevan juguetes y regalos por toda la ciudad, siempre debería llover a gusto de todos.
Hoy no me tocará la lotería, pero espero que la fortuna roce a quién yo quiero que sorprenda, así que en cuanto acabe este último post del año saldré a la calle con mi gorrito y mi paraguas en busca de un detallito que tengo que regalar, solo uno, así que los consumistas rusos, americanos, o de corte inglés lo tienen claro conmigo; el jueves la noche será buena en la cena familiar, como siempre entre todos hemos conseguido que no se cuele ningún indeseable en la mesa, y espero que no demasiado salvaje, el viernes 25 volveré a casa de mis padres a beber como los peces en el río y a tomar la sopita de galets de mamá, la que lo cura tó, y después el 31 pues como cada año pasaré balance (cuantas cosas pasan en 365 días, ¿no os parece?), haré mi lista de buenos propósitos que no cumpliré, compraré el fascículo nº1 de la colección “Historias de animalillos subacuáticos en las costas oceánicas” – El berberecho atlántico – para después dejar de comprarla en el nº2 – Las gambas bigotudas de las islas Barbados- y tal, y tal...
Por lo demás, y cuando pueda, me enterraré entre mantas para dormir, o para vegetar en el sofá con un libro abierto y la TV cerrada, viendo dar al año sus últimos coletazos a través de los cristales transparentes que reflejan los cielos cambiantes del exterior. Ahora sol, ahora nubes, ahora lluvia, y quizás nieve. Año de contrastes.
Sean ustedes muy dichosos y pasen unas Felices Fiestas en compañía de sus seres queridos, hagan disfrutar de este espíritu navideño (que yo no es que no me lo crea, es que me lo robaron en el camino hasta aquí), sobretodo a los peques y a los más mayores (que quizás algunos de ustedes no tengan ni puta idea de la felicidad que les supone disfrutar de estos días con vuestra presencia), y sobretodo tengan una buena entrada de Año Nuevo. No olviden jamás que queda mucho y bueno por hacer y hacen falta personas como ustedes para hacerlo posible.
Tengan Paz de la wena, y como dicen en el teatro de la vida, mucha mierda para el 2010. No les quepa duda que alguna copa de brindis de estos días irá por ustedes. Hasta pronto, amigos.
Jo, ya me ha quedado pedorro el final, bueno ahora lo edito y pongo algo más “serio”…