martes, 24 de noviembre de 2009

La dona del sac

Casualmente escuchaba esta mañana en un programa de radio la historia real de esta asesina en serie que aterrorizó a la sociedad catalana a principios del siglo pasado, y no he podido evitar pensar en que quizás mis abuelos, a los que no conocí, sintieron en su piel el terror de compartir calles, acontecimientos históricos o sociedad propiamente dicha con esta vampira errante que se movía por zonas tan populares como el Port, Raval, o Portal de Santa Madrona, lugares de la ciudad que curiosamente transitaba el pequeño muchacho que buscaba denodadamente el cementerio de los libros olvidados en “La sombra del viento” de Ruiz Zafón, estupenda novela de aventuras por si alguien quiere saber mi opinión sobre este libro.
Esa era una historia ficticia enmarcada en la postguerra española, pero la existencia de la Vampira de Barcelona fue un hecho real de nuestra historia reciente, ¿Qué hubiera sucedido si se hubieran encontrado en una calle portuaria una noche neblinosa de invierno? Como lo real siempre suele superar a lo ficticio, mientras analizaba esto, no pude dejar de pensar en todos los niños que tuvieron la desgracia de cruzarse en el camino de Enriqueta Martí Ripollés (Sant Feliu de Llobregat, 1868 – Barcelona, 1913), probablemente si Daniel Sempere, el personaje de 11 años de la novela de Zafón, cuando deambulaba solo por las calles portuarias, se hubiera encontrado con ella, hubiera aceptado el caramelo podrido de manos del infausto destino…
Un personaje extraño esta mujer, como todos los vampiros reales o imaginarios, por lo visto llevaba una doble, triple, o cuádruple vida, ya que trabajaba como prostituta de noche como primera profesión; además de día se disfrazaba de mendiga y pedía caridad por las iglesias, aún sin necesidades económicas para subsistir, acompañada de niños que secuestraba por las calles de la ciudad y hacía pasar por sus propios hijos, a los que luego prostituía y asesinaba, contactando en las zonas elegantes con sus clientes potenciales una vez cambiaba sus harapos por modelitos de señorita de noche, dicen las crónicas de entonces que se le solía ver a la entrada y salida del Teatre del Liceu, donde acudía la flor y la nata de la burguesía catalana, ofreciendo sus servicios prohibidos con menores, entre los coches de caballos…
Además en sus ratos libres, supongo yo que por las tardes, ejercía de curandera, sus productos estaban hechos de restos humanos de los niños de entre 3 y 14 años que asesinaba: sangre, cabellos (para hacer pelucas), huesos (molidos en polvo, que además le ayudaban a hacer desaparecer pruebas)… la gentuza de clase alta pagaba grandes cantidades de dinero por todos estos ungüentos, pomadas, lociones, y vete a saber todo lo que aprovechaba, por descontado todas las criaturas habían sido utilizadas con anterioridad en salvajes rituales sexuales, donde ella tomaba grandes copas de sangre tinta de joven añada, como elixir de eterna juventud.
Nadie sabe a ciencia cierta cuantas victimas causó, pero cuando se extiende entre la población la leyenda negra de que desaparecen niños, es que algo gordo sucede, parece ser que le imputaron solo 12 crímenes, resguardada por todos los nombres y hombres pudientes, que habían contactado con ella, pero parece ser que fueron muchísimos más.
Una vecina cotilla vio en el Entresuelo 1ª de la calle de Ponent, a la última víctima de Enriqueta, una niña a la que habían rapado el pelo y que lloraba, mirando con ojos tristes por una ventana que daba a su patio, se llamaba Teresita Guitart Congost y había desaparecido días atrás, demostrando que el terror popular era cierto, cuando toda la ciudad la buscaba por las fotos de los periódicos, aquí se destapó todo el asunto y empezó a gestarse la leyenda negra de la vampira de Barcelona.


* A quién pueda interesar el tema, existe mucha información en Internet sobre ella y su abominable historia, yo intentaré leer el libro con mucha curiosidad y ya hablaré sobre el… sobre ella. Aunque me veo obligado a advertir que he tenido que dejar de investigar, por la dureza de lo que se cuenta en algunas páginas web…