viernes, 4 de septiembre de 2009

Próxima estación: Suicide

Puede ser que fuera porqué fui predispuesto a que me gustara, teniendo en cuenta los mimbres que Isabel me ofrecía para tejer un cesto mágico con el que llenar los inexplicables vacíos que el cine contemporáneo me produce en general; unos actores implicados hasta las cachas en el contexto de la peli, una BSO impecable en cuanto a buen gusto se refiere, que va desde la melodía intimista japonesa, pasando por la chançon française más selecta, hasta… oh! No lo diré pero atención al penúltimo tema, que además deja sonar entero. Además de la fascinación que siento por todo lo oriental en general y por Tokio en particular. La delicada y sutil manera de filmar de la directora, que aquí refleja en su máxima expresión, ya la pongo como la mejor de su filmografía por delante de “Mi vida sin mí” y “La vida secreta de las palabras” que completarían el podio, incluye además algún que otro homenaje cinéfilo de una mujer que adora el cine hacia el espectador, yo he visto guiños a pelis tan dispares como “Blade Runner”, “Lost in translation” o “El perfume”, pero estas apreciaciones pueden tan solo proceder de una mente enfermiza, así que ya me contarás cuando la veas, porque yo no diré nada más siguiendo el consejo de madame Coixet que insiste en que no se lea nada hasta descubrirlo en la pantalla…
Rinko Kikuchi está soberbia interpretando un personaje tan complejo como lleno de matices, que lleva todo el liviano peso de la película escondido en una fragilidad que desdobla en otras vidas paralelas cuando se encuentra con ella misma en la soledad de las oscuras madrugadas que bañan de hielo y sangre el resbaladizo suelo que pisa para trabajar en un mercado de pescado, todos los días todas las noches excepto su día de descanso, que dedica a aceptar los encargos que le interesan como… asesina a sueldo, ya me llamó la atención cuando la descubrí en aquel secundario de lujo que bordó para Iñarritu en “Babel”, tremenda.
Sergi López esta correcto en su papel de empresario dedicado a la venta de vinos españoles (los mejores caldos del mundo, te lo digo yo, que me estoy aficionando al tema), que se monta su negociete para cumplir su sueño de vivir en esa delirante city (atención al nombre que le pone al garito, jejje!), y cuya solitaria vida converge con la omnipresente Midori (homenaje de Isabel al inolvidable personaje creado por su íntimo amigo Murakami en “Tokio blues”), en primera instancia, y después con esa Ryu (Kikuchi) que aparece en su pacífica existencia para tatuársela superpuesta sobre la piel de por vida, muy pero que muy bien filmados los encuentros sexuales por cierto, lástima que en una escena muy importante no acaba de dar la talla en mi opinión, una inexplicable laguna que ya le he visto en otros papeles, pero su entrega es incuestionable, a falta de talento natural le pone unas ganas tremendas a lo que hace, para mí suficiente… aunque no sobresaliente.
El resto de secundarios, actores japoneses desconocidos para mí, rayan a gran nivel, especialmente el padre de Midori, su sufrido secretario, y sobre todo ese narrador, único amigo de Ryu, que seguro que va a fascinar al público femenino (me consta), una voz en off que acompaña toda la historia y de la que no sabemos su nombre ni la relación exacta que mantiene con Ryu, aunque nos va dando pistas desde los 20 años aprox de diferencia que les separan (o les unen en empática visión vital), que se dedica de manera enfermiza a captar todos los sonidos de una ciudad fascinante y coleccionarlos de manera obsesiva, ingenuo ingeniero del genio… del amor.-
Sin ser una obra maestra, aunque roza por instantes la belleza, es una película muy interesante, pienso que como el buen vino va a madurar con solera, me parece francamente recomendable, de lo mejorcito que he visto en lo que llevamos de año y estamos en septiembre, ¿no?, cuando las hojas empiezan a caer de los árboles, desnudando sus ramas como esperando el cálido abrazo de ese otoño… que añoro.-

"Mapa de los sonidos de Tokio" - Isabel Coixet (2009)