miércoles, 12 de agosto de 2009

Kulto a la mentira

Nunca me han gustado demasiado los chistes contados, sobretodo sin son largos, ni tampoco tener que soportar el careto del que los cuenta cuando ha finalizado su “graciosa” disertación, como esperando que le aplaudas con los labios en un rictus de carcajada, vamos que salvo excepciones acompañadas de ese gracejo que tienen algunas personas para contar historias divertidas, me quedo igual, y además se da la circunstancia de que los olvido al instante e intento escabullirme por las costuras de la reunión, no vaya a ser que tenga que tragarme otro…
Pero el humor gráfico, así en una sola viñeta, me encanta, contundente en el mensaje y afinando el trazo del dibujante para que acompañe aquella mítica frase de una imagen vale más que mil palabras, si te hace gracia bien y si no solo te habrá echo perder 5 segundos de tu maravillosa existencia.
El cacharro este de Internet en general y los chats de ligoteo en particular producen a menudo situaciones como las que refleja el autor de esta viñeta, la gente no tiene el más mínimo reparo en colocarse la careta que más le satisfaga para así lucir un disfraz de falsedad adecuado para la ocasión, no vaya a ser que se nos escape la presa, con lo fácil que es mostrarse tal y como uno es, intentar que te acepten con tu bagaje existencial, y hacer que los inicios de una posible relación, tan válida como cualquier otra, sean un presagio de conocimiento mutuo y un asentamiento de esas bases imprescindibles en el despertar del bello sueño del amor que son la sinceridad y el respeto compartido, si te conformas solo con el sexo es muy probable que cuando los cables que transportan los dulces fluidos del orgasmo espacial derramen su luz te sorprenda comprobar que tras ese flash de felicidad solo ha nacido… un muerto.-