lunes, 27 de julio de 2009

Sonata para las buenas almas

Esta es una de esas películas que por un motivo u otro se me escapó en su momento, la misma por la que he recibido broncas de gente de mi círculo particular con el típico: Pero tío, ¿Cómo que no las has visto?, es buenísima… Desde esta tarde doy fe de ello, después de verla tranquilamente en DVD, solos yo y mi circunstancia, todo tiene un momento apropiado y este lo era si tenemos en cuenta algunas excelentes lecturas que he disfrutado en un blog hermano esta pasada semana, y que me inspiraron a recapacitar mucho sobre mis propios ideales, socialicemos lo social pues…
Hasta la caída del muro de la vergüenza aquel famoso 9/11/89 ninguno de nosotros sabía a ciencia cierta las cosas que pasaban en la extinta RDA en general, o en Berlín Oriental en particular, la Stasi se encargaba de que no saliera al exterior ninguna información que pudiera suponer un freno en la evolución del férreo sistema que tenía instaurado el régimen comunista, este cuerpo de policía secreta era extremadamente competente y Gerd Wiesler uno de sus más aventajados oficiales.
Su misión era espiar los sueños de los libres, una pareja de intelectuales, por lo visto la cultura era un peligro para los poderosos, aunque el pueblo se rindiera a esos momentos de sensibilidad humana que ellos eran capaces de proporcionarles desde el patio de butacas del teatro del absurdo, pues bien, esta profanación de la intimidad de unos seres diferentes a lo establecido hace cambiar y de que manera sus valores personales en todo lo referente a la existencia.

Como espectador que espía las vidas de este trío de personas he aprendido muchas cosas, más allá de la indudable calidad de la peli, desde formarme una idea de lo que fue vivir en esas condiciones, una vez me han desenmascarado la careta hipócrita de la historia y he podido ver el verdadero rostro de la RDA escrito en un manifiesto de dolor con letras rojas hasta reconocer mis propios miedos ante circunstancias extremas con las que un hombre debe enfrentarse a lo largo de la vida, ya solo tengo pánico a estar solo y a no poder escribir para expresar lo que siento.-


"La vida de los otros" - Florian Henckel Von Donnersmarck (2006)